UETTA, Pakistán.— Varias bombas estallaron en diferentes zonas de Pakistán y mataron a 115 personas, 81 de ellas en una bulliciosa sala de billar en la ciudad de Quetta, en la que cual hubo una segunda explosión minutos después, informaron las autoridades el jueves.
Las explosiones marcaron uno de los días más mortíferos de años recientes en Pakistán, un país que enfrenta la violencia desenfrenada de islamistas radicales, separatistas militantes y pandillas criminales.
El ataque perpetrado en Quetta, la capital de la provincia de Baluchistán, se registró en un área dominada por musulmanes chiíes y muchos de los muertos pertenecían a esa secta minoritaria, de acuerdo con el policía Mohamed Murtaza.
El ataque mató a 81 personas e hirió a más de 120 más, dijo un segundo policía, Zubair Mehmood. Muchas personas que se congregaron en el lugar del primer atentado se convirtieron en víctimas de la segunda explosión, que sucedió aproximadamente 5 minutos después.
Murtaza dijo que muchas personas murieron y resultaron heridas cuando la segunda bomba causó que el inmueble se derrumbara. Agregó que el primer estallido fue generado por un agresor suicida y el segundo por un coche bomba.
Policías, periodistas y rescatistas que llegaron tras la explosión inicial se encuentran entre los muertos, de acuerdo con la Policía.
El jueves por la mañana, un ataque contra soldados paramilitares en una zona comercial de Quetta había dejado 12 muertos y más de 40 heridos, informó el policía Hamid Shakeel.
En Baluchistán, nacionalistas libran una lucha armada desde hace décadas, en demanda de más autonomía y de una parte más significativa de los recursos naturales de la provincia. Extremistas suníes han intensificado sus ataques en Baluchistán contra chiíes, a quienes consideran herejes.
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