La solución: granadas de pulsos electromagnéticos. Las granadas de pulso electromagnético, tan apreciadas entre los creadores de videojuegos del tipo ‘Halo’ y ‘Call of duty’, evidentemente han interesado también al Ejército estadounidense.
Según informa el portal wired.com, el Pentágono está buscando una versión que pueda suprimir las señales electromagnéticas y ‘fundir’ las bombas de insurgentes.
En concreto, el Ejército quiere “granadas de microondas de alta potencia” para “generar un pulso electromagnético que se pueda utilizar para anular los componentes electrónicos utilizados para activar [bombas de fabricación casera] o que puedan ser utilizadas para neutralizar detonadores”, según sus últimos contratos de investigación con empresas pequeñas. En teoría, los componentes eléctricos de los detonadores de explosivos improvisados, como transmisores de radio, podrían ser anulados por la radiación electromagnética emitida por el arma.
El desarrollo de tal arma podría constituir un paso hacia la conversión de cada soldado en una especie de pelotón de zapadores.
Mientras tanto, las bombas de fabricación casera son el arma principal que se utiliza contra de las tropas estadounidenses en el extranjero y no todos los soldados pueden destruir una bomba colocada por insurgentes.
Para desactivar bombas, las tropas recurren a especialistas en destrucción de explosivos, robots de desminado o equipos de interferencia montados en vehículos. El Pentágono también ha luchado desesperadamente para estar un paso por delante de las adaptaciones técnicas de las bombas. Pero si el Ejército desarrolla granadas elecromagnéticas, cualquier soldado podría lanzar una en una habitación, en una esquina o en una zanja para freír los circuitos de una mina-trampa.
Soluciones técnicas y posibles obstáculos
Sin embargo, es más fácil decirlo (o dibujarlo) que hacerlo. Una granada electromagnética tiene que ser pequeña y ligera para llevarla encima. El Ejército requiere a las empresas que participan en el proyecto que diseñen sus prototipos ajustándose al tamaño de las “municiones de mano o de robot, granadas de 40 mm, lanzagranadas y misiles Stinger, Hydra y Javelin”. El siguiente paso sería diseñar el prototipo.
Lo primero que se debe saber sobre las granadas de pulso electromagnético es que podrían ser explosivas o no explosivas, con ventajas y desventajas en ambos casos. De acuerdo con el libro ‘Energía de pulsos explosivos’, redactado por ingeniero militar Larry Altgilbers, que está supervisando el proyecto, un dispositivo no explosivo podría utilizar “compresión de impulsos”, o pulsos eléctricos breves pero fuertes, generando la compresión de la corriente eléctrica y la tensión, con lo que los impulsos son aún más fuertes. A medida que este dispositivo siga emitiendo señales, los pulsos disminuirán gradualmente su duración. Esta ‘ráfaga’ de energía teóricamente podría freír los circuitos de bombas desprovistas de diodos de protección o detonar estos explosivos.
Por desgracia, los sistemas no explosivos “tienden a ser enormes, de tamaño grande y bastante caros”, escribe Altglibers. Los sistemas explosivos son más pequeños, más ligeros y pueden generar mucha más energía eléctrica. La solicitud del Ejército se refiere al uso potencial de “energía almacenada en los materiales ferromagnéticos, ferroeléctricos o superconductores”. Posiblemente, estos imanes y superconductores podrían atrapar un campo eléctrico en el interior de una granada, y al explotar la granada podría comprimir el campo, causando rápidos cambios en su estructura y liberando enormes cantidades de energía electromagnética.
Menos seguro es cómo el dispositivo sería capaz de neutralizar una bomba con un mínimo de piezas eléctricas, como las bombas de los talibanes dotadas con espoletas a presión (con una placa de presión hecha de madera). Otra desventaja es que las tropas estadounidenses podrían quemar así “los circuitos electrónicos propios, o lo difícil (o caro) que va a ser el desarrollo de una granada de pulsos electromagnéticos”.
Una empresa israelí ha desarrollado una ‘granada’ mucho más convencional que usa diminutas antenas para desviar las señales de una bomba. Tal vez, si todo lo demás falla, el Ejército estadounidense podría considerar esta opción.
En caso contrario no quedará otro remedio que esperar nuevas versiones de ‘Halo’.
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