Internacional: La joven padece Síndrome de Excitación Sexual Persistente desde que tenía 8 años.
Ahora, pasados los 20, asegura que vive "una pesadilla" y que le cuesta tener relaciones con los hombres, ya que estos se sienten intimidados.
"Esto ha hecho de mi vida una miseria", contó. Una joven de 22 años padece una rara condición que la ha excitado sexualmente desde que apenas era una niña de ocho años. Una simple vibración de un teléfono móvil es todo lo que se necesita para desencadenar la excitación en Amanda Gryce. Hasta los tonos bajos de la música en una discoteca o un viaje en avión pueden despertar esta inusual respuesta corporal.
Según publica el diario The Sun, esto puede ocurrir en cualquier sitio; cuando está con sus amigos e incluso mientras está en su trabajo, el que desempeña como agente de ventas en una tienda de productos para bebés. Pero lejos de ser una bendición, muchos de los que sufren de esta enfermedad creen que están malditos. “No es agradable, se podría decir que se ha convertido en una tortura.
Esta condición controla tu vida por completo y es como vivir una pesadilla que puede tener 50 orgasmos en un día y cinco o 10 dentro de una hora de diferencia”, expresó Amanda. “Esto sucede cuando estoy con mis amigos o en público y es muy vergonzoso. Me mata por dentro. Solo tengo que sonreir y fingir que no pasa nada.
Unos 50 orgasmos al día han hecho de mi vida una miseria”. Amanda comenzó a padecer el Síndrome de Excitación Sexual Persistente (PSAS, por sus siglas en inglés) cuando tenía apenas ocho años, pero tenía demasiado miedo de confiar en nadie. “Cuando era niña no tenía ni idea de lo que me estaba pasando. Pensé que solo estaba obsesionada con el sexo”. “He estado con un par de hombres, pero es difíci, porque algunos chicos llegan incluso, a sentirse intimidados”.
El año pasado, Gretchen Molannen, de 39 años, y habitante de Florida, se suicidó después de luchar durante 16 años contra la enfermedad, conocida como Síndrome de Excitación Sexual Persistente. La noticia fue particularmente difícil de tomar para Amanda, quien también reside en Florida. “Afortunadamente he tenido el valor de decirle a mi familia y todos han sido muy comprensivos y solidarios. Sólo espero que ahora no será un día más sin la comprensión sobre esta condición y mi historia le dará a una sola persona el coraje de apoyo”.
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