El tres veces MVP lideró con otra magnífica actuación -39 puntos y 12 rebotes- la victoria de Miami sobre Oklahoma a domicilio
La derrota ante los Miami Heat (100-110) dejó una noticia buena y otra mala para los Oklahoma City Thunder. La buena, que era sólo un partido de temporada regular, el último ante un rival al que sólo tendrán que volver a ver en unas hipotéticas Finales. La mala, que aún no han encontrado un antídoto para LeBron James y que estos días es complicado siquiera imaginarlo. Nuevo recital demoledor a cargo del alero.
Más allá de los números, de nuevo extraordinarios (39 puntos, 12 rebotes, 7 asistencias), fueron las formas las que sentaron como una losa. Con Oklahoma en respiración asistida (36-51), LeBron James cerró la primera mitad con diez puntos en dos minutos, merced a cuatro canastas sobre cuatro defensores distintos. Todas desde el lado izquierdo del ataque, su flanco débil cuando llegó hace diez años a la NBA. «Débil» es hoy una palabra que no cabe en su repertorio.
Durante las dos últimas semanas James ha llevado un paso más lejos su dimensión sobre la pista de baloncesto. Un nuevo peldaño en una escalera que no se sabe dónde termina. Ante los Thunder vio cortada su histórica racha de partidos de 30 puntos con más del 60% de acierto, aunque su motivación es otra. «Lo verdaderamente difícil es ganar. De eso es de lo que se trata. Es lo único que importa», resumió. «Sólo queda quitarse el sombrero», concedió Durant.
James asestó el golpe definitivo, si bien Miami hizo en conjunto todo lo necesario para ganar en Oklahoma. Empezando por lo más difícil, defender a Kevin Durant (40 puntos, 8 rebotes). Durante la primera mitad no hubo manos que no salieran a su paso, que no molestaran el ‘dribbling’ o que no puntearan un tiro. Su primera canasta en juego llegó a cuatro minutos para el receso y, para cuando quiso despertar (22 puntos en el último cuarto), hacía tiempo que el partido había terminado.
Con Durant fuera de juego durante gran parte de la noche, la responsabilidad del ataque había quedado en manos de Russell Westbrook. El base firmó una buena tarjeta (26 puntos, 10 asistencias), aunque sus decisiones fueran una parte más de los males que aquejó Oklahoma ante los vigentes campeones. Un discreto Serge Ibaka (6 puntos, 6 rebotes) apenas fue una nota al pie de página.
El internacional español tuvo que presenciar un clinic a cargo deChris Bosh (20 puntos, 12 rebotes). El tejano es el pívot más mortífero desde la media distancia en el campeonato, y a su ya conocida versatilidad en ataque ha desarrollado en los Heat una encomiable capacidad para proteger la zona, clave ante un equipo tan agresivo con la canasta rival como los Thunder.
Kevin Durant aprovechó la relajación de los Heat en el último periodo para forzar un tímido amago de remontada pero, tan pronto como advirtió el peligro, Erik Spoelstra mandó a James de vuelta. Nada más salir, anotó un triple desde ocho metros que sentó como un estacazo en Oklahoma. En un día en el que Michael Jordan había confesado que prefiere a Kobe Bryant por sus cinco anillos frente al único en poder de LeBron, el tres veces MVP contestó con su mejor baloncesto. Ése con el que evidencia que a día de hoy no tiene rival en la NBA.
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