Una imagen de un supuesto sospechoso está circulando en las redes sociales.
En la imagen se señala algunas coincidencias que podría haber entre los restos del artefacto que explotó el pasado lunes y una maleta del sujeto que aparece en la foto.
Al parecer, los restos del artefacto presentan una tira con una línea reflectiva en la mitad, similar a la que una de las tiras de la maleta que carga el hombre de la fotografía.
No obstante, la policía de Boston informó este miércoles que hasta el momento no se ha detenido a ningún sospechoso.
"A pesar de las informaciones, no ha habido ninguna detención por el ataque contra el maratón", escribió el departamento de policía de Boston (Massachusetts, de Estados Unidos) en su cuenta de Twitter.
La cadena de televisión CNN anunció que una persona había sido detenida, pero tanto la policía de la ciudad como el FBI desmintieron la información.
Centenares de investigadores examinan con detalles imágenes grabadas por cámaras de vigilancia y escenas capturadas junto a la línea de meta del maratón a la hora de las explosiones, que dejaron tres muertos y 180 heridos.
Las autoridades tienen previsto dar una conferencia de prensa en pocas horas.
Sin ninguna reivindicación por el atentado, el presidente Barack Obama denunció un acto terrorista "odioso y cobarde" y anunció que el jueves visitará Boston para un servicio ecuménico.
Los investigadores contaron a los medios que algunas imágenes tomadas cerca de donde ocurrieron las explosiones muestran a un hombre que tal vez instaló las bombas.
El FBI pidió a los presentes en el maratón que envíen todas las imágenes disponibles, en busca de detalles que permitan resolver el caso.
Alrededor de 100 de los 183 hospitalizados inicialmente ya fueron dados de alta, aunque aún hay unos 17 en estado crítico, de acuerdo con los medios estadounidenses.
Según CNN, al menos trece personas sufrieron una amputación a raíz de las heridas recibidas por las dos bombas que explotaron con 13 segundos de intervalo, a una distancia de unos 100 metros cerca de la línea de llegada del maratón.
Dos días después del atentado, la investigación parecía avanzar a partir de detalles que se revelan sobre las bombas utilizadas, ollas a presión con clavos y metralla en su interior.
El FBI (Oficina Federal de Investigaciones) halló en un techo en la zona del atentado trozos de una olla a presión. También se encontraron en la escena del crimen fragmentos de una mochila de color oscuro en la que habrían ocultado las bombas caseras.
Las fotos difundidas muestran trozos de metal retorcidos, así como restos de cables y componentes electrónicos que podrían haber sido utilizados para hacer explotar las bombas a distancia.
El material hallado por el FBI es analizado en su laboratorio de Quantico (Virginia, este). Más de mil responsables y oficiales de diferentes agencias de investigación del gobierno estadounidense trabajan en Boston, según el responsable local del FBI, Rick DesLauriers.
La ausencia de reivindicación hace que "el abanico de sospechosos y posibles motivaciones permanezca ampliamente abierto", indicó el martes DesLauriers.
Las autoridades investigan tanto la pista internacional como doméstica e indicaron que investigarán "hasta el último rincón del mundo" para encontrar a los autores de la matanza.
DesLauriers afirmó que artefactos explosivos tan simples como el de Boston son usados en rutas de Irak y Afganistán, aunque por el momento el FBI no tiene ninguna indicación de que Al Qaida esté implicado en el doble atentado.
Mientras tanto, el país seguía conmovido con la historia de las víctimas, en particular la del pequeño Martin Richard, de ocho años. Su hermana perdió una pierna y su madre sufrió una grave herida cerebral.
Además del pequeño Martin, murieron Krystle Campbell, gerente de un restaurante de 29 años, y una estudiante china de la universidad de Boston, identificada como Lu Lingzi según medios chinos y estadounidenses.
La mayoría de los 23.000 participantes del maratón habían cruzado la meta cuando explotaron las bombas.
El atentado despertó la alarma en otras ciudades estadounidenses como Nueva York, Los Ángeles y San Francisco, donde se reforzaron las medidas de seguridad.
De todos los puntos del planeta se levantaron voces de condena, encabezadas por el papa Francisco, que en un mensaje al arzobispo de Boston Sean O'Malley lamentó esta "tragedia sin sentido" e invocó la "paz de Dios para todos los muertos".
En América Latina, Cuba, Argentina, Colombia, Ecuador y Uruguay, condenaron el ataque y expresaron sus condolencias.
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