Si, esta noche me tocó a mi, si no les ha pasado aún no imaginarán el nivel de indignación y rabia que se siente, además de tristeza, tristeza al ver como mi país está llegando a niveles de inseguridad insoportables ante la mirada indiferente de las autoridades, confiamos nuestra seguridad en un organismo como La Policía Nacional que lejos de protegerte son los cómplices de los ladrones, delincuentes y criminales. Es injusto que los dominicanos tengamos que vivir con esta paranoia e incertidumbre que llega a afectar hasta nuestra salud mental. Mientras el jefe de la policía (protegido por sus guardaespaldas) declara que el incremento de la delincuencia es solo percepción, yo tengo que salir de mi casa cada día encomendandome a Dios, y hoy al final del día cuando me ocurre algo como esto tratar de conformarme diciendo "Gracias mi Dios porque al menos yo me encuentro bien". Y es que vida de muchos trabajadores ha valido un celular, un carro, un dinerito en efectivo o cualquier otra tontería. Yo quiero caminar libremente por las calles de mi pais, contestar el celular cuando me llamen estando en la calle, vivir en una casa sin hierros con un jardín abierto, que mis padres no se desvelen preocupados esperándome cuando salgo de fiesta por la noche, simplemente sentirme en paz y tranquila, sin temor a que en cualquier momento un desgraciado pueda arrebatarme la vida por despojarme de un objeto con tan solo valor material
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