LOS ÁNGELES -- La lesión de Kobe Bryant en el hombro derecho supuso un jarro de agua fría para Los Ángeles Lakers no sólo de cara a esta temporada sino para la que viene. Los nueve meses que el escolta estará apartado de las duelas suponen un retroceso considerable para una franquicia que continúa navegando sin rumbo fijo. Con 36 años de edad y 19 temporadas en la NBA, el jugador sufrió tres lesiones determinantes en tres años.
Antes incluso de recuperarse de la primera, de la que se produjo en el tendón de Aquiles en abril de 2013, la gerencia de los Lakers renovó a Kobe dos temporadas más (2014-15 y 2015-16). El escolta regresó a las canchas para participar en seis encuentros en diciembre de 2013 con la firma de un nuevo acuerdo de 48.5 millones de dólares. Volvió a lesionarse y no regresó hasta el inicio de la presente temporada. Jugó 35 encuentros con una productividad decente (22.3 ppj -mínima de 37.3 por ciento en lanzamientos- 5.6 apj y 5.7 rpj) y volvió a quedar en el dique seco por una lesión en el hombro derecho. Después de pasar por quirófano, no le volveremos a ver hasta el inicio de la temporada que viene, y es que el periodo de su recuperación será de nueve meses.
A pesar de las circunstancias y de las limitaciones que está viviendo Kobe, el gerente general de los Lakers, Mitch Kupchak, afirmó que no se arrepiente de haberle extendido el contrato en noviembre de 2013.
"No nos arrepentimos para nada", afirmó. "Él vale cada penique de su contrato. No creo que se vaya a retirar, está deseando que llegue el campamento de prácticas. Eso es lo que esperamos".
Las cosas no han salido todo lo bien que la gerencia hubiera querido. Además de las continuas lesiones de Kobe, la reconstrucción del plantel no pudo llevarse a cabo de manera efectiva durante el verano pasado. Ni los por aquel entonces agentes libres, más jugosos del mercado, entre los que se encontraban, LeBron James y Carmelo Anthony quisieron recalar en el equipo lagunero; ni las piezas de ahora son suficientes para las aspiraciones de los Lakers, que pasan por estar entre las mejores franquicias de la NBA.
"Fuimos todo lo agresivos que pudimos durante el verano", confesó Kupchak. Sin embargo, no fue suficiente. El tope salarial, con Kobe (23.5 millones) y Steve Nash ($9.7 millones de dólares) como los jugadores con los salarios más altos, impidió configurar una plantilla de garantías. Entonces optaron por Jeremy Lin (14.8 millones) y Carlos Boozer (3.2 millones) como las incorporaciones más destacadas. Ambos están en el banquillo y ya sabemos la historia de Nash esta temporada, retirado de las duelas por problemas de espalda y a la espera de que confirme su retirada definitiva de la NBA.
La lesión del novato, Julius Randle (pierna derecha), una de las esperanzas para la reconstrucción también quebró la realidad lagunera esta temporada. El panorama no es alentador y las opciones de cara al año que viene son las de retomar la agresividad con un espacio salarial más amplio (los jugadores asegurados para el año que viene son Bryant, Randle, Nick Young y Ryan Kelly) y la posibilidad de lograr una buena elección en el draft (entre los cinco primeros, lo contrario supondría la pérdida de su elección, que iría a parar a Phoenix Suns por el acuerdo por Nash).
"Tenemos que mejorar el nivel de nuestros talentos en el equipo. Es difícil jugar cuando pierdes tres, cuatro o cinco partidos. Cuando los ganas, es mucho más fácil jugar ante las adversidades. Para mí, la contribución de Kobe pasará por cómo mejoremos el equipo durante la postemporada", agregó Kupchak.
El gerente estuvo en la sala del doctor Steve Lombardo cuando Kobe fue diagnosticado con el desgarro en el manguito rotador del hombro derecho (y separación de uno de los músculos). Su cercanía con el jugador es total y no pudo esconder la decepción que le supuso.
"Me siento mal por Kobe, ha tenido una carrera espectacular. Hace dos años y medio se partió el Aquiles cuando íbamos a por los playoffs. Regresó dramáticamente el año pasado y se rompe un hueso de la rodilla. Regresó de nuevo y probó que puede seguir jugando en esta liga a un nivel muy alto. Ahora se vuelve a lesionar con una lesión que le obligará a perderse la temporada. Es parte del negocio. No lo llamaría una pesadilla, pero me siento mal por Kobe", apuntó Kupchak.
Así las cosas, la reconstrucción de los Lakers pasa por lograr una buena selección en el draft y configurar un equipo en el que Kobe pueda participar de una manera en la que no tenga que soportar tanta carga de minutos y responsabilidad. Esa será la clave, el conseguir que el jugador adopte su enésimo rol el año que viene, que llegue savia nueva y que agentes libres jugosos deseen aprovechar el amplio margen salarial de los Lakers para reconducir a una franquicia en horas bajas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario