El presidente de EE.UU., Barack Obama, anunció hoy la retirada en abril de la mayoría de los casi 3.000 militares desplegados en África Occidental para combatir el ébola, pero aseguró que no pretende con ello declarar “misión cumplida”, sino iniciar una “nueva fase” en la lucha contra la enfermedad.
En un acto en la Casa Blanca, Obama confirmó que solo 100 de los 2.800 militares estadounidenses que fueron movilizados a África Occidental para combatir el ébola permanecerán en la región a finales de abril, tal y como adelantó el martes el Pentágono.
“Hemos estado a la altura del reto”, proclamó Obama respecto a la respuesta estadounidense ante la epidemia que ha afectado con especial gravedad a Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona.
No obstante, advirtió, el anuncio de la retirada no equivale a “declarar misión cumplida, sino a marcar una transición” en la lucha contra el ébola, que debe continuar hasta reducir a “cero” el número de muertes por la enfermedad.
El Departamento de Defensa indicó este martes que, de los 2.800 militares desplegados en el punto álgido de la epidemia, 1.500 ya han ido abandonando la zona desde diciembre ante el descenso del número de casos, y otros 1.200 volverán a EE.UU. en los próximos meses.
La razón está en que de los 1.000 casos probables y confirmados de ébola a la semana que había en octubre en África Occidental, se ha pasado a “apenas 150 nuevos casos confirmados en los últimos informes”, aseguró hoy la Casa Blanca en un comunicado.
La ONU advirtió la semana pasada que a pesar de los signos de esperanza de principios de año ante la disminución de los casos, la epidemia sigue activa y, por lo tanto, representa todavía una seria amenaza.
“A medida que entramos en esta nueva fase, Estados Unidos está tan comprometido como siempre a llegar al objetivo de cero” muertes por ébola en el mundo, sostuvo Obama.
El mandatario aseguró que la decidida respuesta de Estados Unidos fue crucial para movilizar al resto de la comunidad internacional y lograr así un descenso sostenido de las muertes por ébola.
Recordó que, en el momento más grave de la epidemia, “había un escepticismo notable sobre las posibilidades” de llegar al punto actual, y “algunos agitaron los miedos” de la población en Estados Unidos.
Al acto de hoy en la Casa Blanca acudieron seis estadounidenses que han superado el ébola tras ser tratados en EE.UU., entre ellos los médicos Kent Brantly y Rick Sacra, que contrajeron la enfermedad en Liberia y recibieron tratamiento el año pasado en hospitales de Georgia y Nebraska, respectivamente.
También asistió Ian Crozier, un médico gravemente infectado con el virus en Sierra Leona que se sometió al tratamiento en Atlanta (Georgia), y el doctor Craig Spencer, contagiado en Guinea y curado en un hospital de Nueva York.
Asimismo, acudieron las enfermeras Amber Vinson y Nina Pham, que se contagiaron cuando atendían a un paciente que finalmente falleció en Dallas (Texas) y que lograron superar la enfermedad.
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