Más de dos mil personas fueron ejecutadas en Siria por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), de ellos más de mil 300 civiles, desde que esta agrupación declaró la formación de un califato en junio de 2014, destacan hoy medios digitales.
Un informe publicado la víspera por una organización no gubernamental y que hoy ocupa titulares en la prensa local, reveló que la mayoría de las víctimas fueron fusilados o decapitados, otros murieron degollados, lapidados, quemados vivos, crucificados o lanzados desde la azotea de edificios ante el horror de los ciudadanos de estas regiones.
Según el documento, se calcula que dos mil 154 personas murieron bajo estos métodos crueles, de ellos mil 362 civiles y 520 oficiales y miembros de las fuerzas armadas, aunque expertos plantean que las cifras son conservadoras y pueden existir más víctimas.
Las ejecuciones reportadas tuvieron por escenario las provincias de Raqqa, Hasaka, Alepo, Homs, Hama, Deir Ezzor y en la periferia de esta capital, lugares donde hay presencia activa de grupo EI.
Entre los casos más significativos, se destaca la matanza de 930 miembros de la tribu Al Shuitat, en Deir Ezzor, después que estos se revelaron contra la presencia del Estado Islámico en sus predios.
Además se contabilizan 137 ejecutados, integrantes de grupos extremistas de corte takfirista, entre ellos rebeldes del Frente al Nusra -brazo armado de Al-Qaeda en Siria- y de otras bandas terroristas, así como milicianos kurdos de las Unidades de Protección Popular.
El grupo Estado Islámico mantiene rivalidad con muchas de las bandas armadas antigubernamentales que operan en territorio sirio, con quienes mantienen combates y obligan a salir de sus zonas de operaciones.
Según el documento divulgado este martes, 126 integrantes del EI también fueron ejecutados, después de ser acusados de espiar para otros o al ser capturados cuando intentaban huir de Siria.
El informe no incluye en la lista de ejecutados a los cinco periodistas y dos colaboradores extranjeros decapitados, entre ellos estadounidenses, británicos y japoneses, ni al piloto jordano Muad Kasaesbe, que fue quemado vivo en una jaula, después de ser capturado al caer su avión a tierra en febrero pasado.
Siria no es el único país en el que el grupo terrorista Estado islámico está ejecutando civiles, y se han reportado asesinatos en Egipto, Libia e Iraq.
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