El muerto es Luis Miguel Cuevas Carvajal (Ricki), de 22 años quien residía en la calle Padre Billini, parte atrás en el barrio Baitoita.
Cuevas Carvajal recibió el balazo de manos del agente policial Franklin Féliz Ramírez, con una pistola Taurus calibre nueve milímetros.
El occiso recibió un disparo con entrada en la región occipital y salida en la región maxilar inferior, según diagnóstico del médico legista Miguel García Ortiz.
El hecho de sangre ocurrió a poca distancia donde vivía el occiso y donde reside el agente del orden público en el barrio Baitoita.
Una versión de los hechos indica que al occiso le cortaron una manguera, y que éste podó las ramas de un árbol de aguacates que estaban en el área de su vivienda, pero que pertenecía a la casa del homicida, lo que provocó una discusión familiar.
Las personas que fueron entrevistadas en el lugar del hecho indican que el occiso se marchó, pero que cuando regresó fue perseguido por Féliz Ramírez realizándole varios disparos, donde uno le causó la muerte.
Estando en el pavimento rodeado de un charco de sangre, llegaron varias unidades de la Policía comandadas por el coronel Carlos Virgilio Féliz Suárez, que ante la presión de los residentes del lugar tuvieron que realizar más de diez disparos “al aire”, para despojar a las personas.
El periodista Manuel Nin, tío del occiso advirtió a las autoridades policiales de que su sobrino no era un delincuente, ya que era un estudiante universitario y se ganaba la vida vendiendo pescados en la pescadería ubicada en la carretera que comunica a Villa Central.
El cadáver de Cuevas Carvajal fue levantado del pavimento y traslado en una camioneta de la Policía a la morgue del hospital regional universitario Jaime Mota de esta ciudad, donde acudieron decenas de personas tras enterarse del hecho de sangre.
El cabo homicida está detenido en la cárcel de alistados de la Dirección Regional Sur de la Policía.
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