El gobierno de Estados Unidos repatrió ayer miércoles a 92 ex convictos dominicanos que cumplieron condenas en territorio norteamericano, bajo cargos de narcotráfico, homicidios y otros delitos.
El grupo arribó a la una y 45 minutos en un avión arrendado por el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, a través del aeropuerto Las Américas.
Con esta cantidad se elevó a 1,426 la
cantidad de dominicanos deportados por las autoridades estadounidenses en lo que va del 2011.
Los ex presidiarios vinieron escoltados por 11 agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y de la Oficina Antidrogas de estados Unidos (DEA).
Durante el vuelo, los agentes federales se vieron obligados a someter a la obediencia a uno de los 92 reclusos que supuestamente agredió a mordidas a uno de los federales en pleno avión. El ex convicto, cuya identidad no fue posible obtener, fue encadenado de pies y manos por los agentes federales y se le colocó un bosal y una capucha en la boca para evitar que siguiera mordiendo a otras personas durante el viaje.
Se dijo que el recluso habría adoptado esa actitud porque no quería que las autoridades de inmigración lo deportaran a República Dominicana. Para recibir a los ex presidiarios, las autoridades de migración montaron un amplio operativo en la parte Noroeste del área de rampa.
El grupo arribó a la una y 45 minutos en un avión arrendado por el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, a través del aeropuerto Las Américas.
Con esta cantidad se elevó a 1,426 la
cantidad de dominicanos deportados por las autoridades estadounidenses en lo que va del 2011.
Los ex presidiarios vinieron escoltados por 11 agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y de la Oficina Antidrogas de estados Unidos (DEA).
Durante el vuelo, los agentes federales se vieron obligados a someter a la obediencia a uno de los 92 reclusos que supuestamente agredió a mordidas a uno de los federales en pleno avión. El ex convicto, cuya identidad no fue posible obtener, fue encadenado de pies y manos por los agentes federales y se le colocó un bosal y una capucha en la boca para evitar que siguiera mordiendo a otras personas durante el viaje.
Se dijo que el recluso habría adoptado esa actitud porque no quería que las autoridades de inmigración lo deportaran a República Dominicana. Para recibir a los ex presidiarios, las autoridades de migración montaron un amplio operativo en la parte Noroeste del área de rampa.
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