Obama, su esposa Michelle, sus hijas Malia y Sasha y su suegra Marian Robinson se desplazaron al Museo de la Construcción, a varias cuadras de la Casa Blanca, para asistir al concierto "Navidad en Washington", que celebraba su edición número 30.
En unas breves declaraciones, Obama recordó la historia del nacimiento de Jesucristo, que "para mí y millones de estadounidenses", dijo, "ha llenado nuestros corazones e inspirado nuestras vidas" y ha enseñado valores como el servicio a los demás o la compasión. "Son valores compartidos por todas las creencias.
Por eso, esta noche dediquémonos los unos a los otros y, con ese espíritu, de mi familia a la suya les deseamos unas felices fiestas, una feliz Navidad".
Los Obama, que subieron al escenario para felicitar a los músicos a punto de terminar el concierto, se sumaron a los coros y las estrellas musicales para cantar el último bis, el villancico "Hark! The Herald Angels Sing". Antes del concierto, la familia presidencial saludó a varios pacientes de un hospital infantil, vestidos de elfos, a los que obsequiaron un cesto lleno de libros.
"¡Ayuda! ¡Necesito ayuda!", bromeó Obama con los niños al intentar levantar el cesto para colocarlo bajo un árbol de Navidad. "Buen trabajo", les felicitó, al dejarlo depositado. Conan O'Brien, como presentador del evento, aprovechó para bromear él y también un poco con la familia presidencial.
No debe ser fácil ser un niño en esta Casa Blanca, aseguró. "Probablemente Santa Claus no va a parar en una casa que lo que deja fuera (para él y para los renos, según la tradición) es una taza de leche de soja orgánica y galletas de apio", afirmó, en alusión al interés de Michelle Obama por la comida sana. EFE
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