Los sucesos posteriores llevaron a la Moore a un estado depresivo extremo que desencadenó sucesos trágicos y terminó por ser ingresada de emergencia al hospital debido a inhalaciones de sustancias tóxicas. Quedaba tácito que la actriz necesitaba con urgencia ayuda profesional para superar el trauma de su separación de Ashton Kutchner hasta que finalmente aceptó ser tratada en un clínica de rehabilitación en Utah.
Los familiares y amigos se han movilizado y la prensa ha saturado con titulares de todos los colores los pormenores que se han sucedido alrededor de Demi Moore. Miley Cyrus, fiel a su estilo, no se ha quedado callada y le ha pedido a los reporteros mesura, discreción y a no seguir especulando con la noticia. Y es que la ex Hanna Montana ha vivido en carne propia las acusaciones de adicciones y conductas extremas y de alguna manera se ve reflejada en el cuadro de su gran amiga.
Miley Cyrus y Demi Moore siempre se han pintado como dos mujeres independientes y de carácter muy fuerte, pero los
actuales acontecimientos enseñan que nadie es infalible. Se entiende que la Cyrus explote contra los medios y pida respeto a la intimidad, pero de alguna manera debe recibir la alerta que vivir al filo de la navaja tarde o temprano pasa la factura.
Demi Moore debe sentirse afortunada de tener gente leal a su alrededor y sobre todo de contar con la amistad de Miley, que ha demostrado ser solidaria y sobre todo que se puede contar con ella en las buenas y en las malas. Se ha dado un gran paso y el remedio para la cura del alma al final tendrá que
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