La señora Thelma Teresa Rodríguez, herida de bala la noche del pasado domingo cuando circulaba dentro de un vehículo por la Zona Monumental de Santiago, continúa recluída en la Clínica Unión Médica en estado de coma.
Luego de una operación en el cráneo para extraerle la bala alojada, la víctima de 56 años se recupera de manera satisfactoria dentro de la gravedad de su estado clínico.
“Cuando se le habla ya Thelma mueve los brazos y también ha movido las piernas, es como que reconoce las voces. Otra muestra de avance es que ya le quitaron los aparatos para respirar y lo está haciendo ella sola de manera natural; han empezado también a alimentarla por tubos”, constata Armando Martínez, esposo de su sobrina y padre de una menor también herida en el incidente.
Según relata Martínez, los médicos dicen que la evolución de Rodríguez ha sido satisfactoria y ha sucedido muy rápido tomando en cuenta la magnitud de la herida.
Con relación a su hija, Armando dice sentirse muy alegre porque la menor de dos años de edad ya fue dada de alta.
“A la niña, gracias a Dios, le dieron de alta en el día de ayer. Se encuentra tranquila en casa. Los médicos dicen que podrá volver a la escuela cuando le quiten los puntos para evitar de momento cualquier infección”, expresa con alegría.
Sobre los responsables de ocasionar la balacera, Martínez dice que han escuchado posibles versiones, pero no cuentan con una oficial de cómo se produjeron los hechos.
Tanto la menor como su tía Thelma se trasladaban un vehículo la pasada noche del domingo que era conducido por Yessica Reynoso, prima de Nelly De Vargas, madre de la infante herida. En el asiento delantero del pasajero iba Thelma Teresa Rodríguez y en la parte trasera iba la propia Nelly junto a su hija.
La menor impactada fue sometida a una cirugía en la tarde del lunes; la bala no penetró al cerebro, sino que rozó por debajo del cuero cabelludo. Su tía Thelma fue operada la misma noche del domingo.
“Nosotras pensábamos que el carnaval había terminado, así que nos dirigimos a la Zona Monumental porque era la vía más directa para llevar mi tía a su casa. Ella vive en La Zurza y ahí fue cuando de repente, sentimos los cristales rotos y sangre que salía de la cabeza de la niña”, precisó Nelly.
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