La revista Time rec
uerda el primer aniversario del asesinato de Bin Laden desvelando las que fueron las últimas palabras del hombre más buscado por Washington. El periodista Peter Bergen viajó a Abbottabad, la ciudad paquistaní en la que se escondía Bin Laden, para recorrer la fortaleza que le servía de vivienda hasta que el comando de élite de Estados Unidos enviado a la zona irrumpió en ella.
"No enciendas la luz", fueron las últimas palabras que pronunció Bin Laden antes de morir.
Según subraya Time, la advertencia era innecesaria, porque los militares ya habían cortado el suministro de electricidad que alumbraba la zona para permitir que los agentes pudieran sorprender a Bin Laden en la residencia. Ni siquiera estaba la luna para alumbrar los contornos, para dar cierta luz sobre lo que debía ser noche cerrada. Y entonces comenzaron los disparos.
Osama se encontraba en el tercer piso de su complejo en Abbottabad. Cuenta Time que 56 horas antes, en la Casa Blanca, el presidente Barack Obama se había decidido a realizar el ataque. Así dio comienzo el operativa. Una escuadra de militares estadounidenses, ya en la zona, se trasladaron en sus helicópteros a poca altura a través de las montañas. Aterrizaron, aseguraron el perímetro del complejo, y se abrieron camino por la residencia mediante explosiones, para ir abriendo puertas.
Tres de ellos subieron por las escaleras de la residencia. El secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, recuerda cómo se vivió ese día. "Hubo un largo momento de silencio cuando los Navy Seals entraron en la casa", aseguró el funcionario.
Si bien otras dos de las mujeres de Bin Laden intentaron salvarlo de los disparos, fue en vano. "Gerónimo E.K.I.A.", (enemigo muerto en acción), fueron las palabras que resonaron en la Casa Blanca.
De acuerdo a un oficial de Operaciones Especiales, "nunca se planteó la posibilidad de detenerlo o capturarlo".
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