Los altos costos de un trasplante de órgano impiden que la mayoría de
los dominicanos que necesitan de ese tratamiento como única garantía de
vida puedan acceder a ese servicio, mientras la falta de recursos
amenaza también la sostenibilidad financiera de los programas
existentes.
El costo de un trasplante varía dependiendo el órgano,
pero ronda entre uno y dos millones de pesos. Solamente las analíticas
que debe practicarse el paciente para estar preparado y entrar en lista
de espera requieren una inversión de entre 70 mil y 80 mil pesos.
La
situación se complica si se toma en cuenta que apenas el 10 por ciento
de las personas con insufi ciencia renal crónica, que requieren
trasplante de riñón, están afi liados a una Administradora de Riesgos de
Salud (ARS), pero en la mayoría de los casos se les niega esa
cobertura, alegando las ARS que no está contemplada en el Plan de
Servicios de Salud del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS).
Una
vez trasplantado, el paciente requiere un tratamiento especial y
medicamentos permanentes que impidan el rechazo del órgano, cuyo costo
promedio mensual es de RD$65,000.
El Ministerio de Salud Pública
suple estos tratamientos a 410 pacientes trasplantados, en lo que ha
invertido en lo que va de año 220 millones de pesos.
Debido a los
costos, aunque hay miles de personas que requieren de algún tipo
trasplante de órgano en el país, actualmente en la lista de espera del
Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (Incort), entidad que
rige esa práctica, apenas hay registrados unos 60 pacientes.
“La
lista de receptores o personas que requieren de trasplante, actualmente
es de 60, que es pequeña porque la mayoría no pueden prepararse para
ello. Los costos de un trasplante o de una enfermedad catastrófi ca
comprometen el presupuesto de tres generaciones de la familia”, señala
Fernando Morales Billini, coordinador del Incort.
Para el doctor
Julio Amado Castaños Guzmán, presidente del Patronato del Hospital
General de la Plaza de la Salud (HGPS), donde en los últimos años se han
realizado 152 trasplantes de órganos y tejidos, los altos costos
constituyen una gran limitante para el paciente y los programas.
Afi
rma que el centro cuenta con pacientes en listas de espera para
trasplante de hígado, riñón y médula ósea, las cuales se incrementan
cada día, pero han ido dando respuestas según su condición y su
compatibilidad en el momento de la disponibilidad de los órganos.
El
especialista asegura que hasta el momento el HGPS ha tenido que fi
nanciar a más del 80% de los pacientes trasplantados. “Es una de las
grandes limitantes, ya que en la seguridad social las ARS se resisten a
cubrir los trasplantes de órganos, lo cual esperamos que sea resuelto en
algún momento e incluidos dentro del sistema”, añadió.
Castaños Guzmán refi ere que en el HGPS los costos del trasplante están subvencionados por el Patronato como aporte al paciente.
En el caso de hígado los costos rondan RD$1,400,000; de médula ósea RD$1,000,000 y los renales RD$600,000.
Las
difi cultades que enfrenta el paciente para poder acceder al trasplante
son bien conocidas por Héctor Acosta, presidente de la Fundación
Dominicana Pro-Ayuda a Pacientes Renales y Trasplantados, quien asegura
que la lista de espera es grande, pero que la mayor difi cultad que
enfrentan es la económica.
Dijo que una vez trasplantado, el
paciente requiere de un tratamiento de por vida, y tiene un gasto
promedio mensual de RD$65,000, que en la mayoría de los casos está
siendo cubierto por el Ministerio de Salud Pública.
Asegura que
actualmente se estima que hay en el país alrededor de 1,600 pacientes en
diálisis, que son potenciales candidatos para trasplante.
Programas riesgos
Morales Billini ve con preocupación el hecho de que si no se logra un
fi nanciamiento especial para los pacientes que requieren trasplantes de
órganos, los programas de trasplantes de órganos y tejidos instalados
en el país estarían destinados a fracasar. Entiende que para atender
esos requerimientos se necesitaría un fondo especial de no menos de
2,000 millones de pesos al año.
Aseguró que preocupados por esa
realidad, el Incort junto a fundaciones que manejan pacientes con
enfermedades catastrófi cas, elaboró y depositó en el Con greso Nacional
un proyecto de ley que crea un fondo solidario para atender a las
personas con enfermedades de altos costos, incluyendo trasplantes.
La
misión del Fondo Nacional para la Atención Solidaria en Salud (Fonass)
es conceder fi nanciamiento para prestaciones médicas altamente
especializadas para los pacientes que sufren de enfermedades de alto
costo y complejidad, y asegurar que los procedimientos diagnósticos y
terapéuticos se realicen con el máximo de calidad y efi ciencia conforme
a los avances científi cos y técnicos.
Esa realidad es reconocida
también por Castaños Guzmán, quien ve imperativo que el Gobierno asuma
el tema de los trasplante de órganos y reconozca y proteja apoyando a
centros como el HGPS, ya que ha demostrado que se puede y que con pocos
recursos ha logrado maravillas, pese haber tenido que trillar un trabajo
duro y lleno de entuertos.
Otra barrera, asegura Castaños Guzmán,
es de coordinación, ya que se pierden muchos órganos en los centros
públicos y privados de salud, debido a que no se ha logrado aún
establecer una red nacional que pueda crear la plataforma para que los
órganos puedan ser utilizados y aprovechados.
Dijo que aunque el Incort ha hecho grandes esfuerzos, aún falta mucho por hacer.
“Aspiramos
a que el próximo gobierno nos identifi - que y nos dé el apoyo para
declarar el HGPS como el centro nacional de trasp
lantes de órganos y de
esa forma poder concentrar los esfuerzos y recursos en un programa que
ya demostró calidad y que está al alcance de todos los dominicanos”,
dice.
Según el Incort En el país cerca de 140 a 170
pacientes por millón de habitantes forman el conglomerado de pacientes
urémicos, o sea, que sufren de insuficiencia renal crónica (IRC),
estimándose que cada año aproximadamente 1,200 pacientes necesitarán de
algún método dialítico o de un trasplante renal para poder sobrevivir.
Entre
veinte y treinta cardiópatas en fase terminal por millón de habitantes
necesitarán del trasplante de un corazón sano para mantenerse vivos;
unos 10,000 pacientes necesitarán de córneas para dejar su condición de
ciegos, a las que se suman necesidades de otros órganos como hígado,
páncreas, pulmones, intestinos y otros tejidos como médula ósea, hueso,
cartílago y piel.
(+)
EL PACIENTE EN DIÁLISIS QUEDA DESEMPLEADO
Cuando un paciente cae en tratamiento de diálisis difícilmente puede mantener su trabajo, no puede responder a las necesidades de un empleo, lo que le lleva a formar parte del núcleo de desempleados.
EL PACIENTE EN DIÁLISIS QUEDA DESEMPLEADO
Cuando un paciente cae en tratamiento de diálisis difícilmente puede mantener su trabajo, no puede responder a las necesidades de un empleo, lo que le lleva a formar parte del núcleo de desempleados.
Para
sobrevivir tiene que dializarse dos o tres veces por semana. Una sesión
de diálisis cuesta un promedio de 5,000 pesos, que a la semana son
15,000 pesos, sin contar medicamentos y analíticas, por lo que el costo
es de más de un millón de pesos por año. A esto se suma, lamenta el
director del Incort, Fernando Morales Billini, que la mortalidad es muy
alta, ya que a los cuatro años, menos del 30 por ciento de los pacientes
sobrevive.
Ante esa realidad, señala, la salida es el trasplante,
que al primer año ronda un millón de pesos, donde el paciente se
estabiliza y puede iniciar su vida laboral.
Dice que el trasplante
a la larga sale mucho más económico, y pone como ejemplo que mantener
un paciente con trasplante renal cuesta al año 360 mil pesos, pero
mantenerlo en diálisis equivale un millón de pesos.
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