Al mismo tiempo, el prelado mostró preocupación por esa situación, en
cuyo sentido suplicó a Dios para que esta zona no sea afectada por un
fenómeno natural, ya que puede producir un gran desastre.
“No se ha hecho nada o casi nada, para resolver el problema de los
agricultores, ganaderos y otros que han perdido su medio de vida por el
desborde del Lago Enriquillo”, apuntó el religioso.
Señaló que región suroeste necesita que el gobierno le ponga más
atención, porque la pobreza sigue creciendo, “y por tanto la miseria y
la violencia ascienden juntos a la pobreza”, abundó.
Felipe Núñez dijo estar muy preocupado y adolorido por la situación
en que viven los habitantes de esa zona, a los que quisiera extender la
mano amiga y ayudarlos en la solución de sus necesidades.
“El lago sigue creciendo, y la amenaza está cerniendo sobre esa zona.
Realmente es peligroso lo que ocurre allí, porque si en este verano
ocurre una tormenta o un huracán, puede causar un desastre muy serio”,
subrayó.
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