Un niño de dos años en Brasil dejó de
respirar durante un tratamiento para la neumonía y fue declarado muerto,
reportó el Daily Mail. El cuerpo de Kelvin Santos fue entregado a su
familia, quienes devastados lo llevaron a su hogar para realizar el
funeral.
El cadáver del pequeño fue puesto en un
ataúd abierto, pero una hora antes de comenzar el funeral, el niño se
sentó en su féretro y dijo: “Papá, ¿puedo tomar un poco de agua?”.
“Todo el mundo empezó a gritar, no
podíamos creer lo que veían nuestros ojos. Pensamos que había sucedido
un milagro y que nuestro hijo había vuelto a la vida”, afirmó Antonio
Santos, padre del niño.
Una vez el niño pidió la bebida, se volvió a acostar y la familia no
pudo despertarlo. El padre llevó rápidamente a Kelvin a un hospital de
Belén, donde fue examinado y confirmaron que no tenía signos de vida.
Los médicos le dijeron al hombre que no tenían explicación para lo que ocurrió.
Fuente: Vocero.com
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