Un centro médico de Moca, exigió a familiares de
un hombre de 30 años de edad que fue mortalmente baleado en un supuesto
ajuste de cuentas, $1 millón de pesos para salvarle la vida. (MIRE EL
VIDEO DE certeza.com en http://youtu.be/nH2bVpPaHMc)
La víctima, identificada como Ramón Arístides Cáceres Cabrera (Tito) de
30 años de edad y que según la policía tenía tres fichas por diferentes
delitos, entre estos narcotráfico, fue asesinado frente a su casa en el
paraje La Ermita en las primeras horas de la tarde de ayer martes.
Una versión dice que el matador se desmontó de una
yipeta Mitsubishi Montero Sport de color negro, se acercó a Cáceres y
le disparó los cuatro balazos a quema ropa.
Otro rumor señala que los disparos fueron hechos
desde el interior del vehículo, después que el presunto asesino llamara
por su apodo a “Tito” y cuando la víctima se acercaba apretó el gatillo.
Testigos dijeron que a falta de una ambulancia, el
herido, agonizante, tuvo que ser transportado en la parte trasera de
una camioneta al centro médico denunciado y que no fue identificado por
los quejosos.
Los abordantes de la yipeta huyeron de la escena y los investigadores recuperaron dos casquillos de una pistola calibre 9mm.
El matador fue descrito como un individuo de piel
oscura, vistiendo una camiseta a rayas y una gorra roja. Se dijo que la
residencia de Cáceres está situada frente a una envasadora de gas, donde
hay cámaras de seguridad que posiblemente captaron el asesinato.
Allegados a Cáceres que pidieron anon
imato y que
estuvieron en el centro asistencial, añadieron que a pesar de los gritos
desesperados de parientes y amigos de “Tito”, quienes reclamaban la
presencia de un médico, el personal se tardó demasiado en aparecer en la
sala de emergencia.
En un video filmado por el blog de Moca,
concerteza.com, se aprecia la dramática imagen en la que aparece un
grupo de persona, entre estas una mujer gritando a todo pulmón para que
le salvaran la vida a Cáceres.
Testigos presenciales que se comunicaron desde
Moca con este reportero, dijeron que en el centro se les exigió $1
millón de pesos para salvar la vida del moribundo, cuyo pecho estaba
anegado en sangre y presentaba los últimos estertores de vida, tirado en
la camilla de una estrecha habitación y sólo acompañado por los buenos
samaritanos que lo llevaron a la clínica. Los parientes de Cáceres le
dijeron a la administración del centro que estaban dispuestos a pagar la
millonaria suma.
En la imagen, otro hombre agarra fuertemente una
de las manos de la víctima, pidiéndole que no se muera. “¿Dónde están
los médicos, dónde está el doctor?, gritaban los desesperados
acompañantes del moribundo.
Cuando fue ingresado al quirófano, Cáceres no pudo
resistir la difícil operación en la que se intentaba extraerle las
balas para detener la hemorragia externa y expiró a las 4:15 de la
tarde.
Furiosos, los denunciantes se preguntaron que como
es posible que en pleno Siglo XXI en la República Dominicana, los
centros de salud, sigan poniendo el dinero por encima de la vida de un
ser humano.
Se informó que los impactos le perforaron el hígado, le destruyeron los intestinos y le perforaron otros órganos vitales.
Calificaron como repugnante y violatoria a todo
principio de respeto a los derechos humanos y de desprecio depravado por
la vida humana, ese tipo de actitud.
Dijeron que el estado debería crear nuevas leyes
que regulen la práctica médica y obligue a todos los centros médicos
privados a atender a los pacientes, especialmente cuando se trata de una
emergencia de vida o muerte, antes de reclamar dinero.
Cáceres, era hijo de un reconocido mecánico de la
parte alta del municipio de Moca de nombre Cirilo Cáceres (Cirilo el
Mono) con larga trayectoria de trabajo en su taller que comenzó hace
décadas en la calle Hostos esquina Colón.
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