los medicamentos y en otros los seguros médicos no cubren estos tratamientos", dijo a Efe Jaime Valencia, del grupo AidforAIDS International, con sede en Nueva York y oficinas en la República Dominicana, Panamá, Venezuela, Perú, Colombia y México. Valencia participa en la conferencia que se celebra esta semana en el Centro de Convenciones de la capital estadounidense y a la que asisten más de 20.000 personas.
En un foro dedicado a la situación en la región, Massimo Ghidinelli, coordinador para VIH/Sida en la Organización Panamericana de la Salud, describió la situación actual del mal y algunas iniciativas de países o subregiones que exploran nuevos métodos de prevención y educación pública.
Actualmente hay más de dos millones de personas en América Latina y el Caribe que son portadoras del virus, una cifra mayor que en Estados Unidos, Canadá, Japón y el Reino Unido combinados.
Más de los casi 100.000 nuevos casos de infección con VIH cada año en la región ocurren entre hombres homosexuales.
En 2009, la fecha más reciente de la cual se disponen estadísticas de muertes, más de 58.000 personas perecieron por enfermedades vinculadas al síndrome de inmunodeficiencia humana.
En el Centro de Convenciones una "aldea global" incluye a más de 200 quioscos donde se venden artesanías creadas por personas con VIH, y se distribuyen condones y materiales educativos sobre la prevención de la infección y el tratamiento de los enfermos.
Ximena Salazar, la coordinadora de la Unidad de Salud, Sexualidad y Desarrollo en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, dijo a Efe que el trabajo de su grupo "se dirige al mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables al VIH".
"Por supuesto todos trabajamos también para encontrar una cura, pero no se trata sólo de una cura médica, debe ser una cura que resuelva los problemas sociales, los problemas de injusticia, de marginación, estigma y discriminación", añadió.
"Éste es un problema a nivel mundial, una enfermedad que afecta a millones de personas, de diferentes países, razas, edades, sexo", señaló a Efe Mirta Ruiz Díaz, coordinadora de la Fundación Vencer de Paraguay, que trabaja especialmente con mujeres portadoras del VIH.
Entre los hispanos de Estados Unidos, uno de los grupos con tasas más altas de infección de VIH, un problema particular es la reticencia de las personas a concurrir en busca de tratamiento o para inscribirse en estudios clínicos "por el estigma social que eso representa", dijo Jacqueline Pérez, del Proyecto PACT.
Entrevistada adentro de un tipi aportado por tribus indígenas de Canadá, Elisa Canqui Millo, aymará de Bolivia, describió un problema similar: "El estigma social que atrae la infección con el VIH se suma a la marginación que ya sufren las poblaciones indígenas, y a los enfermos se les aparta".
"Buscamos no sólo presentar iniciativas de nuestras comunidades sino también mostrar cómo la medicina tradicional puede contribuir a aminorar este mal", añadió Canqui, una de las varias delegadas del Grupo de Trabajo Internacional Indígena frente al Sida.
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