Se trata de Kate Chilver una mujer de
31 años que perdió la batalla contra la anorexia a finales de 2011, tras
20 años de sufrir la enfermedad. Kate era británica y a
lo largo de su enfermedad, había sido calificada por los especialistas
que la trataron como el peor de los casos que ellos habían visto.
Fueron dos décadas de lucha en la que su
cuerpo era tan delgado que muchas partes ya no tenían movilidad debido a
que el flujo sanguíneo no llegaba. Según cuentan los especialistas, el
IMC ( Índice de Masa Corporal) de Kate era de 12, mientras que una
persona normal debería estar mínimo en 20.
El doctor Frances Connan, psicólogo
consultor en la Clínica Vincent Square, en el suroeste de Londres,
recuerda, en el diario Dailymail, cómo desde 2004 la joven era
alimentada por un tubo. Y cómo había abandonado el centro solo dos veces
y para rápidamente volver a ser ingresada. También recuerda cómo Kate
no respondía a la medicación y no podía participar en terapias. Al
momento de su muerte Kate apenas pesaba 66 libras y medía 5.6,
aproximadamente.
Tras la autopsia, se determinó que la
muerte se produjo por la ausencia total de grasa de su organismo que
permitió que sus arterias se cerraran por falta de circulación
sanguínea. Su cuerpo estaba literalemente “muerto de hambre”, apuntan.
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