(EFE).- Los estadounidenses se preparan para
celebrar este 4 de julio el Día de la Independencia con barbacoas y
banderas, aunque la sequía y la oleada de incendios en la zona oeste
privarán a algunos estados de los tradicionales fuegos artificiales. Con
la luz y el estruendo de un espectáculo pirotécnico suelen concluir los
estadounidenses, tanto en las grandes ciudades como en el campo, una
jornada familiar o entre amigos para conmemorar el Día de la
Independencia.
Pero este año será diferente en algunos condados, pueblos
y ciudades de
l centro oeste (Arizona, Nuevo México, Utah, Wyoming,
Montana y Colorado) donde las autoridades locales han emitido normas
temporales para restringir el uso de cohetes y explosivos.
En Colorado, donde en las últimas semanas se ha
producido el incendio más destructivo de su historia, el gobernador,
John Hickenlooper, ha prohibido emplear fuegos artificiales para
celebraciones privadas en todo el estado.
"Debido a las condiciones muy secas y al alto
peligro de incendio", la prohibición también impide hacer hogueras en
lugares que no estén habilitados específicamente para hacer barbacoas
como zonas de recreación.
"No podemos eliminar por completo las amenazas de
los fuegos naturales porque no hay ningún control sobre la Madre
Naturaleza, pero podemos tomar medias para reducir que esos incendios
comiencen", dijo Hickenlooper.
No obstante, dada la efeméride, la prohibición no
es total y acepta los fuegos artificiales organizados por profesionales
en los municipios cuando "estén autorizados por escrito por el alguacil
del condado".
El problema, según las autoridades, es que con la
decena de incendios forestales en activo tienen que concentrar sus
esfuerzos y no pueden dedicar efectivos a nuevos fuegos, más aún si se
pueden evitar.
Las cifras hablan por sí mismas y según los
últimos datos disponibles de la National Fire Protection Association, en
2010 los fuegos artificiales causaron 15.500 incendios, incluidos 1.100
edificaciones, 300 vehículos y 14.000 incendios en el exterior.
Otros estados del Oeste, que también se han visto
afectados por una temporada de incendios temprana, como Utah, se han
sumado a las restricciones ya que "el peligro de incendio y su
propagación extremadamente alto este año", advirtió el Departamento de
Salud.
En Nuevo México, donde en mayo un incendio
forestal consumió 50.000 hectáreas, la gobernadora Susana Martínez ha
emprendido una campaña para prohibir los fuegos artificiales, aunque
hasta ahora es potestad de las ciudades.
De momento, más de la mitad de los 33 condados que
forman el estado han impuesto restricciones y han pedido a los
ciudadanos que acudan a eventos organizados por las autoridades locales y
eviten realizar celebraciones propias.
En Indiana, aunque el gobernador no ha impuesto
restricciones en todo el estado, se han pospuesto algunos eventos
comunales y la Orquesta Sinfónica de Indianápolis ha anulado la
actuación con fuegos artificiales de fondo con la que suelen despedir
este día.
En Indianápolis el alcalde, Greg Ballard, ha
firmado una orden en la que prohíbe el uso de fuegos artificiales
durante siete días, cuyo incumplimiento pude acarrear una multa de 2.500
dólares.
En estados como Nueva York, Nuevo Jersey, Delaware
y Massachusetts directamente está prohibida la venta y uso de fuegos
artificiales por particulares, mientras que el pasado enero, Michigan y
Maine los legalizaron.
Los comerciantes se han quejado de las
prohibiciones y apelan al sentido común para hacer buen uso de los
instrumentos pirotécnicos.
En Wyoming, Roland St. Pierre, encargado de una
tienda de fuegos artificiales en Cheyenne se queja al diario local
Star-Tribune de que en las semanas previas al 4 de julio solían atender a
entre 100 y 150 personas al día y este año han aparecido sólo entre 10 y
15.
"Nuestras ventas han caído por los incendios",
aseguró Pierre, cuyo condado autoriza los cohetes que contengan menos de
0,25 gramos de explosivos como centellas y petardos, si bien el
Ayuntamiento lo ha desaconsejado.
Según la American Pyrotechnics Association, en
2011 los estadounidenses se gastaron 649 millones de dólares en fuegos
artificiales. EFE
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