Estudios previos han subrayado la importancia de la edad de las madres en el momento de la concepción pero este trabajo, llevado a cabo por un equipo del centro de investigación genética "deCODE" en Reikiavic (Islandia), recalca que la edad de los padres influye aún más.
La investigación consistió en analizar el genoma completo de 78 familias islandesas, formadas por ambos progenitores y sus hijos, en busca de mutaciones "de novo", errores genéticos que están presentes en los hijos pero no en sus padres y que se deben a factores internos de la propia célula.
El equipo liderado por Augustine Kong logró contabilizar así una media de 60 mutaciones "de novo" ligadas a la edad del padre, mientras que solo hallaron 15 relacionadas con la edad de la madre.
Los científicos descubrieron también que el número de errores genéticos era mayor entre los hijos de padres de más edad y que, por cada año que un hombre retrasa su paternidad, su descendencia cuenta con dos nuevas mutaciones "de novo".
Kong afirma que los hijos cuyo padre tiene veinte años cuentan con una media de 25 nuevas mutaciones, mientras que los hijos cuyo padre ha cumplido los 40 suman hasta 65 alteraciones genéticas.
Según el investigador, la aparición de desórdenes relacionados con las funciones cerebrales, como el autismo, la esquizofrenia, la dislexia o el retraso intelectual está estrechamente relacionada con estas mutaciones "de novo" y, por tanto, con la edad del padre al tener a su descendencia.
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