El pasado domingo, se puso fin a una semana de celebraciones con motivo del enlace de la princesa Hafizah con Pengiran Haji Muhammad Ruzaini, un joven funcionario que trabaja en la oficina del primer ministro, que depende del Sultán Hassanal Bolkiah, poseedor de una de las mayores fortunas del mundo.
La novia llegó a la ceremonia escoltada por dieciséis guardias reales y luciendo el traje tradicional para estas ocasiones, un vestido en tonos crudos con miles de brillantes incrustados, seguida por el novio, visiblemente nervioso, y ante la mirada de nada menos que tres mil invitados.
Esta es la primera boda real que se celebra en Brunéi desde 2007, algo que puede explicar el derroche de US$ 20 millones.
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