Los expertos consideran que el avión espacial podría ser una respuesta china al drone estadounidense X-37B.
Mientras se acerca el próximo vuelo del drone espacial estadounidense X-37B, los analistas siguen de cerca la evolución del avión espacial de China, el Shenlong.
El año pasado, varios medios de comunicación chinos informaron de un vuelo de prueba del avión espacial Shenlong que aparentemente incluía su lanzamiento desde el aire de un bombardero H-6. Pero la información sobre la naturaleza de las pruebas del proyecto Shenlong, así como lo que la nave representa, sigue siendo vaga.
Varios especialistas en EE.UU.
trataron de esclarecer lo que representa el Shenlong (Dragón Divino en mandarín) y algunos expertos conjeturan que podría ser simplemente una respuesta al avión espacial no tripulado X-37B.
“Shenlong representa el esfuerzo de China por desarrollar una nave espacial aerodinámica, similar a la lanzadera espacial o al X-37B, pero mucho más pequeño que cualquiera de los dos”, dijo Mark Gubrud, un colegiado de investigación postdoctoral en el Programa de Ciencia y Seguridad Global de la Universidad de Princeton.
Gubrud dijo a Space.com que si los diseñadores espaciales tienen éxito en su trabajo en el Shenlong, el país puede intentar desarrollar una versión más grande.
“Apropiadamente, el Shenlong también podría ser un poco más que un símbolo de la capacidad de China para cuestionar las suposiciones de EE.UU. de primacía y dominio tecnológico”, dijo Gubrud.
Competencia espacial en pleno desarrollo
En agosto, los analistas Andrew Erickson y Gabe Collins publicaron su evaluación del Shenlong en su página china SignPost. Su publicación se titula ‘Desarrollo de aviones espaciales se convierte en una nueva dimensión de emergente competencia espacial entre Estados Unidos y China’.
“Pekín podría estar entrando en la era de los aviones espaciales más rápidamente de lo que muchos han pronosticado”, escriben Erickson y Collins.
Los expertos opinan que las pruebas del Shenlong pueden llegar a ser parte de una tendencia más amplia: una brecha temporal cada vez más decreciente entre el momento en que EE.UU. de a conocer su prototipo de sistema militar y cuando China públicamente muestre un sistema similar.
“El desarrollo de los programas de aviones espaciales de Pekín es de base amplia y su trayectoria representará un barómetro clave de sus intenciones espaciales, civiles y militares”, concluyeron
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