Lower East Side, NY.- Los lugareños del sector de Loisaida de la parte baja de Manhattan, cercano al río Hudson, tras el paso del huracán Sandy, se debaten entre la falta de energía eléctrica, agua, seguridad y alimentos, entres otras necesidades, llegando al punto de tener que salir a las calles en busca del preciado líquido en galones, botellas, ollas y cubetas. Tomar una ducha en menos de tres días se ha vuelto cosa del pasado reciente; hoy los habitantes de esta comunidad, han tenido que recurrir a la anticuada práctica de bañarse con “jarro” y cocinar los alimentos con leñas o carbón.
Las filas para recibir alimentos precocidos se hacen interminables; docenas de ciudadanos se amontonan en organizadas líneas para obtener una botella de agua, una funda contentiva de alimentos perecederos y no perecederos, que se agotan inmediatamente ante la gran cantidad de necesitados que buscan mitigar el hambre y la sed.
Buses y trenes, aunque gratuitos, funcionan con limitaciones y lucen abarrotados en ambas vías; mientras los inquietos pasajeros esperan pacientemente la llegada del siguiente medio de transporte que los conduzca a su centro de trabajo o donde puedan cargar sus aparatos electrónicos de comunicación.
Pensar que uno de los principales centros mundiales de comercio y finanzas, considerada como una ciudad global, dada su influencia a nivel internacional en los medios de comunicación, en política, educación, entretenimiento y moda, podía asumir, en un abrir y cerrar de ojos, prácticas culturales arcaicas o tercermundistas, era inimaginable hasta el paso del huracán Sandy.
No deja de preocupar, que la zona más afectada en todo acontecimiento anormal, es el área bajo de Manhattan, recordando el trágico y fatídico 11 de septiembre, en donde una serie de atentados terroristas suicidas cobraron la vida de unas 3,000 personas y otras 6,000 resultaron heridas, así como la destrucción del entorno del World Trade Center, (Centro Económico Mundial) y las torres gemelas.
Hoy, la parte meridional de la isla de Manhattan, que después de los ataques del 11 de septiembre del 2001, perdió gran parte de su economía, espacio de oficinas, aunque con el tiempo se ha ido recuperando, después de Sandy vuelve a caer en la insensibilidad histórica del tiempo.
Ante este regreso al pasado y las condiciones de insalubridad que podría provocar la falta de agua en los hogares ubicados en los altos edificio que bordean las orillas del rio Hudson, sus residentes esperan ansiosamente para su subsistencia, la reposición de los servicios esenciales, en el menor tiempo posible.
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