Un asesino condenado a muerte dejó de una pieza a las autoridades al hacer uso de su derecho a una última palabra justo antes de ser ejecutado en el Centro Correccional de Greensville, en el estado de Virginia.
Robert Gleason Jr., el primer condenado a muerte que es ejecutado en lo que va de 2013 en EE.UU., fue también el primer recluso en los últimos tres años que ha elegido la silla eléctrica como medio para su ejecución, ya que en Virginia, así como en otros nueve estados, el sentenciado tiene el derecho a decidir entre la silla eléctrica o la inyección letal.
Gleason no titubeó en decirle a los presentes “bésenme el trasero”, palabras que pronunció en irlandés gaélico (“Pog Mo Thoin”), momentos antes de que fuera ejecutado.
El hombre, de 42 años, estaba cumpliendo cadena perpetua por un asesinato en 2007. Mientras estaba en prisión, Gleason también estranguló a uno de sus compañeros de celda y un año después hizo lo propio con otro recluso. Además amenazó con a seguir matando hasta que las autoridades del estado lo condenaran a muerte.
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