La madre de origen indio que golpeó hasta la muerte a su hijo de 7 años por no memorizar los versos del Corán, ha sido condenada por la justicia británica a cadena perpetua, de
la que deberá cumplir como mínimo 17 años.
Sara Ege, de 33 años, fue hallada culpable de haber matado a golpes a su hijo Yaseen y posteriormente haber quemado su cuerpo en julio del 2010.
La sentencia del Tribunal Superior de Cardiff (Gales) se conoció tras cinco
semanas de juicio en un caso complejo lleno de contradicciones en las declaraciones de la madre, que en un principio admitió el delito, para después asegurar que fue obra de su marido.
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