NUEVA YORK._ Kutjim Nicaj, un superintendente de edificios en el condado de White Plains e inmigrante polaco, fue condenado a seis años y medios de cárcel ayer martes por haber sostenido relaciones sexuales en varias ocasiones con un perro labrador, propiedad de uno de los inquilinos y a cuyo apartamento entraba sin autorización del dueño. Nicaj, acostumbraba a penetrar a la residencia donde vive el can con sus propietarios en un edificio situado en el complejo Rye Colony Cooperative, para tener sexo con el animal.
Se declaró culpable en octubre del 2012 por conducta sexual impropia y delinquir motivado en el sexo.
El inquilino dueño del labrador, al sospechar del superintendente, colocó cámaras de seguridad que captaron al administrador del inmueble extasiándose sexualmente con el perro.
La última vez que entró a la vivienda fue en febrero.
Nicaj de 44 años de edad, casado y con varios hijos, también tendrá que registrarse en el Banco Estatal de Ofensores Sexuales.
El europeo, fue acusado de robo en segundo grado, motivación sexual y mala conducta sexual y fue sentenciado por el juez Barry Warhit.
La Fiscal del Distrito de Westchester Janet DiFiore dijo que el acusado no sólo está involucrado en un comportamiento condenable, sino que también abusaba sexualmente del perro.
"Aprovecharse de un animal indefenso es un acto de depravación que a menudo ha precedido a la violencia contra los seres humanos", agregó la fiscal en un comunicado.
Nicaj trabajaba como superintendente en un edificio de apartamentos conocido como "Rye" y que es una colonia cooperativa de inquilinos en el 58 de la avenida Peck. Fue detenido el 9 del año pasado, un día después de haber cometido actos sexuales con múltiples reincidencias con el perro que tenía 15 meses de edad.
El propietario del inmueble contactó a la policía después de grabar las relaciones sexuales del superintendente con el animal, lo que hizo con una cámara oculta.
Nicaj tiene dos hijos y vivía en el mismo edificio con su esposa y sus vástagos, llevaba seis años trabajando allí y originalmente se enfrentaba a una sentencia de 15 años de cárcel.
El caso fue procesado por las fiscales adjuntas Wendy Parra de la Oficina de Delitos Sexuales y Ann Liebowitz de la División de Investigaciones en la Unidad Contra Crueldad Animal.
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