NUEVA YORK._ Una peluquera dominicana que trabajaba sin licencia del estado en el salón Hilda Unisex del Alto Manhattan, causó severas quemaduras de tercer grado a una adolescente que fue por primera vez en su vida a la peluquería para cambiarse el color del pelo de negro a rubio. La víctima, no identificada por las autoridades por ser menor de edad estuvo interna por tres semanas en un hospital y ha tenido que ser intervenida dos veces hasta ahora debido a la gravedad de la lesión.
Las quemaduras en la cabeza de la jovencita que aspira a cantante y no quiere mostrarse a los medios por vergüenza, le fueron provocadas por la aplicación del tinte a manos de la "estilista" dominicana sólo identificada como Ivelisse.
El salón es propiedad de la señora Hilda Hernández, también dominicana, quien admitió que contrató a la peluquera sin exigirle la autorización legal del estado para ejercer el oficio, pero también aceptó que ni ella ni el negocio cuentan con la licencia al día que se le había vencido.
Alega que la caducidad de su autorización se debió a un descuido, porque "paso meses y meses aquí trabajando".
La propietaria respondió a la situación de gravedad de la adolescente, diciendo que "fue un accidente y hasta a los médicos se les mueren pacientes".
No tiene con qué pagar una demanda por la falta de un seguro y defendió a la peluquera acusada, señalando que Ivelisse tenía "años y más años", trabajando como estilista en la República Dominicana.
Cuando se le preguntó si sabía que en Estados Unidos es obligatoria la licencia para ejercer ese y otros muchos oficios, respondió que nadie tuvo la intención de provocar las quemaduras en la adolescente.
La víctima mostró fotografías de la lesión, diciendo que la dominicana la dejó bajo la secadora por largo rato y tuvo que aplicarle el químico dos veces porque creía que su pelo rechazaba el colorante.
La dueña dijo que la peluquera que trató a la adolescente, "se fue, les cogió miedo a ustedes", refiriéndose a los medios de comunicación.
"El problema es que el seguro está vencido", añadió.
La infección casi le afecta el cerebro.
Su madre que también rehusó dar el nombre explicó que los cirujanos tuvieron que sacarle un pedazo de la piel a la menor para poder hacerle un injerto en el cuero cabelludo.
Hasta ahora, el futuro de su pelo es incierto y a menos que no se someta a un trasplante, es probable que quede calva en la parte superior de la cabeza.
Ella recuerda cuando tenía una cabellera envidiable y por querer lucir un "lock" diferente, ahora la imagen de su cráneo es mostrenca.
El abogado de la víctima, Eric Green dijo que lo peor de la situación es que no hay posibilidad de demandar a la dueña del salón, por la falta de licencia y seguro.
"A esa muchachita le pasó como les pasa a los doctores con muchos pacientes que hasta se mueren y los doctores, son doctores", dijo la señora Hernández.
"A los doctores se les mueren gentes y tó…, a ella le pasó desgraciadamente", agregó la peluquera dominicana.
La adolescente a quien su madre planeaba celebrarle los "dulces 16" ya no podrá celebrar la fiesta porque no quiere que ninguna amiga, amigo o compañeros de escuela la vean en esa condición.
El Departamento de Estado de Nueva York envió inspectores quienes revisaron los químicos y los instrumentos de trabajo del salón, determinando que el negocio se ha cerrado por violaciones a la ley.
"Estamos para proteger a los consumidores", dijo el vicesecretario de estado Marcos Vigil, informando que el caso fue puesto en manos de la fiscalía.
Hasta el momento se desconoce si las peluqueras dominicanas serían acusadas de algunos cargos criminales por las quemaduras en el cuero cabelludo de la adolescente.
"Vamos a llevar este caso hasta las consecuencias debidas, porque esto es inaceptable debido a que no se puede tener varias personas ignorando el hecho de que cada una de ellas cumpla con las leyes y reglamentos", añadió el funcionario estatal.
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