Los robots fueron desarrollados por la compañía CrazyLabo y el Kitakyushu National College of Technology, utilizando una tecnología que va mucho más allá de esta propuesta claramente lúdica.
La noticia de las nuevas máquinas apareció por primera vez en el diario japonés Asahi Shimbun.
Allí se informaba que al ser sometida al aliento de un usuario, la robot humanoide, llamada Kaori, responde con frases que van desde “huele a cítrico” a “hay una emergencia que va más allá de los límites de mi paciencia”.
El perro robot, que se llama Shuntaro, asiente con la cabeza mientras analiza el aroma de los pies de su amo.
Si el olor no es demasiado fuerte se acurruca frente al usuario y la Quinta Sinfonía de Beethoven suena por sus altavoces.
Si siente un olor más fuerte, gruñe. Y si el aroma roza lo intolerable, hace como que se desmaya.
El funcionamiento de los robots se basa en sensores capaces de crear huellas químicas que pueden hacer coincidir con aromas específicos. La información es procesada por computadoras dentro de las máquinas, que a su vez controlan las respuestas de los robots.
Son los primeros productos anunciados por CrazyLabo, que prevé hacer dinero alquilándolos para eventos.
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