AP
Washington
Sin dar mayor importancia a la indignación de los republicanos, el presidente Barack Obama anunció anoche medidas ejecutivas de largo alcance en materia migratoria que evitarán la deportación de casi 5 millones de personas que viven de manera ilegal en Estados Unidos y enfocarán los esfuerzos en “delincuentes, no en las familias”.
Las medidas, que afectan mayormente a padres de familia y jóvenes, representan los cambios más grandes a las fracturadas leyes de inmigración del país en casi tres décadas, y preparan el terreno para un áspero roce con los republicanos sobre los límites del poder presidencial.
En un discurso televisado, Obama defendió la legalidad de sus acciones y retó a los legisladores republicanos a enfocar su energía no en bloquear sus acciones, sino en aprobar la iniciativa de ley que ha estado estancada en el Congreso.
“A aquellos miembros del Congreso que ponen en duda mi autoridad para hacer que nuestro sistema de inmigración funcione mejor, o que cuestionan mi prudencia para actuar donde el Congreso no lo ha hecho, les tengo una respuesta: aprueben una ley”, dijo Obama.
A pesar del reto lanzado por el presidente, sus acciones y la dura respuesta republicana podrían acabar con cualquier posibilidad de que el Congreso apruebe una reforma integral a las leyes de inmigración en la presidencia actual, y garantiza que el contencioso debate se alargue hasta la campaña presidencial de 2016.
Aunque las medidas anunciadas por Obama tienen impacto en un alto número de personas, dejan en el limbo a más de la mitad de los 11 millones de inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos.
El presidente anunció nuevas prioridades de deportación que obligarían a la policía de inmigración a centrar sus esfuerzos en rastrear a criminales y a individuos que han cruzado la frontera recientemente, y a restar importancia a la deportación de personas que han estado en el país por más de 10 años.
El mandatario hizo énfasis en que sus acciones no representan una amnistía.
“Amnistía es el sistema de inmigración que tenemos ahora, millones de personas que viven aquí sin pagar impuestos y sin cumplir con las reglas, mientras los políticos usan el tema para asustar al pueblo y ganar votos en época de elecciones”.
El mandatario planea firmar hoy un par de memorandos presidenciales y viajar a Las Vegas para un acto relacionado con las medidas de inmigración.
Gobernadores republicanos
Gobernadores republicanos de Estados Unidos fustigaron al presidente Barack Obama el miércoles por su plan de proteger unilateralmente a millones de inmigrantes de la deportación, pero difirieron sobre si sus colegas en el Congreso deberían amenazar con un cierre de operaciones del gobierno federal en represalia.
El tema dominó el primer día de actividades de la reunión anual de gobernadores republicanos, donde media decena de potenciales candidatos presidenciales hicieron referencia a un asunto que podría influir poderosamente en las primarias presidenciales de este partido.
Uno de los probables aspirantes, el gobernador texano Rick Perry, amenazó con presentar una demanda para bloquear la orden ejecutiva de Obama, que según prevé será anunciada por el presidente el jueves por la noche.
Perry dijo que la medida del presidente será “como meterle un dedo en el ojo al pueblo estadounidense” y dijo que la demanda es “una posibilidad muy real”. El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quien preside el grupo actualmente, culpó a Obama de ser incapaz de resolver el asunto de la inmigración años atrás.
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