Astrónomos estadounidenses especializados en el estudio del Sol, advierten que el próximo ciclo solar de 11 años de duración se caracterizará por su baja actividad. Los científicos hicieron públicas sus consideraciones en una reunión de la División de Física Solar de la Sociedad Astronómica Americana, que se celebró en Las Cruces, en el Estado de Nuevo México.
Las observaciones del Sol realizadas a lo largo de los últimos siglos indican que la actividad del astro, que se caracteriza por la variación del número de sus manchas solares, alcanza sus niveles máximos y mínimos en periodos de 11 años. Basándose en los modelos ya existentes, los especialistas pueden hacer pronósticos para saber cómo se comportará el siguiente ciclo de actividad solar.
Los expertos que participaron en la conferencia coinciden en señalar que el ciclo de manchas solares probablemente se debilitará durante algún tiempo, informa Space.com. Los especialistas temen que la disminuición de la actividad solar podría causar un segundo 'Mínimo de Maunder', como se conoce al bajón de intensidad del Sol que se prolongó durante 70 años entre 1645 y 1715.
Durante un período de 30 años dentro del 'Mínimo de Maunder', se registraron en el Sol unas 50 manchas, mientras que lo normal habría sido observar entre unas 40.000 y 50.000. Este período coincidió con el momento más frío de la llamada Pequeña Edad de Hielo, entre los siglos XV y XVII, durante la que el Hemisferio Norte sufrió inviernos crudos, con temperaturas entre 10 y 15 grados centígrados inferiores a las habituales.
Un grupo de científicos dirigido por Frank Hill, director asociado de la Red sinóptica solar del Observatorio Nacional Solar (NSO por sus siglas en inglés), han analizado el flujo de plasma en la superficie del Sol, conocida como oscilación de torsión, de Este a Oeste. Los desplazamientos del plasma, compuesto de gas ionizado, provocan cambios en las propiedades del campo magnético del Sol, lo que a su vez genera las manchas solares.
Durante la observación no se detectaron los cambios típicos en las corrientes del plasma, que podrían indicar el inicio del próximo 25º ciclo de la actividad solar. Los investigadores predicen que el nuevo ciclo será muy débil, y que su inicio se demorará hasta 2021 o 2022.
A su vez, los astrónomos Matt Penn y William Livingston, que llevan 13 años analizando los datos recibidos por el Telescopio McMath-Pierce en Kitt Peak, Arizona, comprobaron que lo largo de los ciclos 23º y 24º la intensidad del campo magnético que conlleva la aparición de las manchas fue disminuyendo. Según estos autores, si la actividad solar cayera por debajo de determinado umbral, el nuevo ciclo podría sencillamente no iniciarse.
Otro equipo científico dirigido por Richard Altrock, director del programa de investigación de las Fuerzas Aéreas en las instalaciones de Sunpot de NSO, en Nuevo México, se centró en la observación de la corona solar, como se conoce a la parte exterior y más caliente del astro. Basándose en su estado, los especialistas pueden determinar las propiedades del campo magnético. Las primeras señales que indican el comienzo de un nuevo ciclo de actividad normalmente se registran a una latitud de 70 grados y paulatinamente se desplazan hacia el ecuador.
El campo magnético del nuevo ciclo desplaza los 'restos' del ciclo anterior hacia los polos, hacia unos 85 grados de latitud. Sin embargo, los astrónomos no han registrado un proceso semejante, y los modelos de los que disponen no les permiten hacer un pronóstico definitivo sobre los siguientes cambios en la actividad del Sol.
El comiezo del ciclo actual, el número 24º, se demoró varios meses en relación con los cálculos de los astrónomos y la intensidad del campo magnético aumentó de forma más lenta que lo previsto.
Según comentó Frank Hill, si los astrónomos no se equivocan, no se observarán máximos en la actividad solar en varias décadas. "Ellos afectaría a todo, desde la exploración espacial al clima de la Tierra", comentó.
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