Astrónomos de la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, han encontrado una estrella que expulsa al espacio chorros del agua a una velocidad 80 veces mayor que la de una bala.
Los científicos encontraron este cuerpo celeste en la constelación de Perseus, a unos 750 años luz de la Tierra, informa el rotativo británico The Daily Mail. El astro descubierto es una protoestrella generada hace unos 100.000 años, una edad insignificante desde el punto de vista de la historia del Universo, y aún está envuelta por una gran nube de gas y de polvo implicados en su proceso de formación.
Con ayuda de instrumentos dotados de rayos infrarrojos del Observatorio Espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea, los astrónomos lograron echar un vistazo al interior de la nube y detectaron átomos de hidrógeno y oxígeno moviéndose alrededor de la estrella.
Al seguir el rastro de las partículas, los científicos concluyeron en el momento de ser expulsadas desde los polos del astro, las moléculas de agua adquieren estado gaseoso al verse sometidas a temperaturas de hasta 100.000 grados centígrados. Pero cuando el gas choca con la materia que rodea el astro, se enfría rápidamente y se condensa, recuperando el agua su estado líquido.
Según explicó el director del estudio, Lars Kristensen, los chorros gigantescos liberan cada segundo una cantidad del agua equivalente a 100 millones de veces el caudal del Amazonas. Esta agua se mueve a unos 200.000 kilómetros por hora, lo que supera en 80 veces la velocidad de una bala.
El descubrimiento de los científicos holandeses podría ayudar a entender mejor las fases tempranas de formación de las estrellas. Según Kristensen, este fenómeno constituye una fase corta por la que pasan todas las protoestrellas. De hecho, nuestro Sol también podría haber pasado por esta fase cuando era jóven.
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