Si es de los que se despiertan y antes de bajarse de la cama ya está buscando el encendedor para prender su primer cigarrillo del día, usted tiene más probabilidades de sufrir algún tipo de cáncer de cuello, pulmón o cabeza que otros fumadores.
Dos nuevos estudios realizados por investigadores de la U. de Pensilvania (EE.UU.), y publicados en la edición online de la revista Cáncer, cuantificaron este riesgo, concluyendo que quienes fuman durante la media hora siguiente de haber despertado, tenían el doble de probabilidades de tener cáncer que fumadores que inician su adicción más tarde en el día.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron cuestionarios recogidos en centros médicos de Estados Unidos entre 1977 y 1999 y compararon las respuestas de hábitos de pacientes fumadores que eran tratados por cáncer de pulmón con el de otros individuos sanos, pero que también consumían cigarros.
Así, concluyeron que quienes fumaban su primer cigarrillo del día apenas media hora después de haber despertado tenían 1,79 vez más riesgo de enfermar de cáncer.
Quienes lo hacían entre media hora y una hora después de haber despertado, tenían 1,31 vez más probabilidades de desarrollar la enfermedad.
En un segundo análisis, los expertos compararon la incidencia de cáncer de cabeza y cáncer de cuello en pacientes fumadores con otros fumadores que no tenían cáncer. El resultado fue parecido: aquellos que fumaban en los 30 minutos que seguían al despertar tenían 1,59 vez más probabilidades de desarrollar la enfermedad y aquellos que lo hacían entre 30 minutos y una hora, tenían 1,42 vez más probabilidades que aquellos que lo hacían después de una hora de despertar.
Joshua Muscat, epidemiólogo y uno de los autores de la investigación, aclara en el estudio que estos datos no significan que los que fuman su primer cigarro más tarde puedan evitar el desarrollo de algún tipo de cáncer. "Sólo estamos diciendo que creemos que los fumadores de la mañana son más dependientes de la nicotina y es improbable que cambie sus hábitos de fumar", explica.
Más que la cantidad de cigarros que se fumen durante el día, el primero de la mañana está relacionado con el grado de dependencia, pero también con la forma en la que se aspira el humo. En otro estudio realizado también por Muscat en 2009, se midió la cantidad de cotinina, un elemento residual de la nicotina, en sangre y orina, en 252 pacientes fumadores, comprobando que aun cuando todos ellos fumaran una cajetilla al día, había mayor presencia de cotinina en aquellos que comenzaban a fumar más temprano.
Como conclusión de este estudio, Muscat dijo a la revista Epidemiología del Cáncer, Biomarcadores y Prevención que el tiempo para el primer cigarrillo es un fuerte predictor de la absorción de la nicotina y se deben considerar en el diseño de las intervenciones de fumar. "No está claro por qué los fumadores que lo hacen inmediatamente después de despertarse tienen niveles más altos de cotinina, pero esto puede reflejar un patrón más intenso de fumar", dijo en esa publicación Muscat.
Círculo perverso
Para la doctora Carolina Herrera, broncopulmonar y académica de la U. Andrés Bello, los que fuman más temprano son mucho más adictos al tabaco, lo que también probaría por qué estos pacientes tienen mayor incidencia de cáncer. "La mayor adicción al tabaco, expresada en el inicio de la hora de fumar el primer cigarrillo, refleja categóricamente la mayor cantidad de nicotina que la persona consume", indica.
Herrera, también vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias, señala que hay que considerar que esta mayor presencia de nicotina en el organismo es un círculo vicioso que llama a consumir más. "El tabaco y la nicotina estimulan zonas del cerebro que producen placer y saciedad y la privación de nicotina actúa sobre zonas encargadas de la angustia y la dependencia física. Entonces, no sólo te sientes mejor cuando fumas, sino que, además, te sientes muy mal cuando no lo haces", explica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario