Cuestionan que al acto que tuvo lugar en la calle Central de Gualey sólo se dejó entrar a “amigos” del Gobierno, y se impidió la entrada a la mayoría de la gente, que tuvieron que conformarse con verlo en las pantallas gigantes que se instalaron.
Otros creían que el presidente Fernández llegaría como el extinto presidente Joaquín Balaguer: con regalos, comida, juguetes para los niños e inclusive con algunos pesos, pero al caer la tarde volvieron a sus rutinas en el barrio, sin nada.
El comentario obligado de motoconchistas, de los tertulianos de los colmadones y de las doñas en el frente de las casas, era la visita al barrio del mandatario y su comitiva y los inconvenientes que tuvieron los vecinos para acercarse al acto.
“Mira, no queremos cotorra, queremos comida barata, escuelas, centros deportivos y para el sano esparcimiento, empleo para nosotros los jóvenes y más seguridad”, dijo Juan Mendoza, un joven de 21 años, que dejó la escuela cuando cursaba el primer año del bachillerato.
El auge de la delincuencia en el sector y la falta de justicia son de los problemas que más preocupan, aunque afirman que los apagones, la basura, los altos precios de los alimentos, de los combustibles y pasaje del transporte público son problemas que se deben resolver sin dilación.
La gente quería y se hizo ilusiones en que daría las manos al Presidente, le hablarían y le plantearían soluciones, dijo el profesor Gregorio Frías, quien pidió que se construyan más escuelas básicas, porque en el sector la necesitan.
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