Aunque para los residentes de Gualey la celebración ayer de los “Diálogos populares” con el presidente Leonel Fernández en ese sector generó expectativas sobre una posible solución de problemas esenciales, también se quejaron, porque creen que fue excluyente y no se oyó su voz.
Cuestionan que al acto que tuvo lugar en la calle Central de Gualey sólo se dejó entrar a “amigos” del Gobierno, y se impidió la entrada a la mayoría de la gente, que tuvieron que conformarse con verlo en las pantallas gigantes que se instalaron.
Otros creían que el presidente Fernández llegaría como el extinto presidente Joaquín Balaguer: con regalos, comida, juguetes para los niños e inclusive con algunos pesos, pero al caer la tarde volvieron a sus rutinas en el barrio, sin nada.
El comentario obligado de motoconchistas, de los tertulianos de los colmadones y de las doñas en el frente de las casas, era la visita al barrio del mandatario y su comitiva y los inconvenientes que tuvieron los vecinos para acercarse al acto.
“Mira, no queremos cotorra, queremos comida barata, escuelas, centros deportivos y para el sano esparcimiento, empleo para nosotros los jóvenes y más seguridad”, dijo Juan Mendoza, un joven de 21 años, que dejó la escuela cuando cursaba el primer año del bachillerato.
El auge de la delincuencia en el sector y la falta de justicia son de los problemas que más preocupan, aunque afirman que los apagones, la basura, los altos precios de los alimentos, de los combustibles y pasaje del transporte público son problemas que se deben resolver sin dilación.
La gente quería y se hizo ilusiones en que daría las manos al Presidente, le hablarían y le plantearían soluciones, dijo el profesor Gregorio Frías, quien pidió que se construyan más escuelas básicas, porque en el sector la necesitan.
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