Más ejemplos del problema que está teniendo el Netbook como categoría de producto. El gigante Dell abandona su fabricación para centrarse en máquinas delgadas y potentes (Ultrabooks), que es la única categoría del mundo de la informática portátil que parece estar resistiendo y donde aún queda margen de beneficio.
Algunos lectores entendieron mi post de la pasada semana como un ataque a la idea del Netbook. No tengo nada en contra de ellos. Durante un año estuve pensando en comprarme uno para trabajar durante los viajes pero ninguno de los que probé se ajustaba bien a lo que yo necesitaba. A pesar de ello pienso que el Netbook sigue teniendo un nicho en el mercado.
El problema es que es un nicho cada vez más pequeño, incluso sea una buena alternativa para ciertos tipos de usuario. Para los fabricantes es que es muy fácil perder el interés por un mercado tan pequeño y que apenas deja beneficios. Sólo los fabricantes taiwaneses que tienen control sobre la cadena de componentes, como Asus o Acer, pueden encontrar atractiva la idea de seguir fabricándolos. En Asia sigue habiendo un mercado potencial interesante, sobre todo en países emergentes.
Intel, que fue la que acuñó el término Netbook y creó las líneas generales de la plataforma, sigue desarrollando Atom, el procesador de bajo coste que suelen llevar estas máquinas. Esta pasada semana se han mostradolas primeras pruebas de la nueva generación, fabricada en 32 nanómetros y que mejora bastante el rendimiento gráfico, pero creo que incluso en Intel están ya más enfocados a convencer a los fabricantes de tabletas que en seguir el desarrollo para Netbooks. Ahora mismo el mercado de la tableta se les escapa porque Atom no es tan eficiente en el consumo como la arquitectura ARM (que usan Apple y los fabricantes de tabletas Android) y hasta hace poco requería de ventiladores para disipar el calor. Con el salto a la tecnología de 32 nanómetros tanto el consumo como el calor generado han bajado considerablemente.
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