SAN JUAN.- Será el próximo 20 de diciembre cuando las autoridades judiciales de Puerto Rico celebren su vista de acusación y fianza contra el supuesto narcotraficante Miguel Díaz Rivera, alias el "Bolo", por dos acusaciones de narcotráfico radicadas en la esfera federal, aunque ahora se ha comenzado a armar un complejo rompecabezas sobre su empresa criminal en la República Dominicana
Según el periódico boricua primerahora.com su última residencia alquilada se ubicaba en un sector pobre de Santo Domingo. Su localización en el barrio Herrera, que era sumamente estratégica, le permitía acceder a una nueva autopista, así como un laberinto de caminos que podían facilitar su escape. Miguel Díaz Rivera, mejor conocido como "Bolo", fue arrestado el pasado viernes por agentes de la Policía Nacional de la República Dominicana, que por meses habían estado en comunicación con agentes federales.
El sujeto figuró como el más buscado por las autoridades estatales y federales en Puerto Rico por varios años, pero las investigaciones en la República Dominicana comienzan a presentar un cuadro mucho más siniestro del acusado.
Durante los años 90, Díaz Rivera ya era una cara conocida en el bajo mundo.
Un poco de historia
Tenía fama de gatillero. De hecho, fue arrestado y procesado entre el 1995 y el 1998, pero continuó campeando por su respeto con veredictos de no culpabilidad o cargos archivados. Según se desprende de los expedientes de las autoridades y entrevistas con fuentes federales, el sujeto se convirtió en un fugitivo estatal en el 1998 y, aparentemente, se fugó de la República Dominicana a principios o mediados de la pasada década.
Se cree que los alguaciles federales estuvieron a punto de arrestarlo en el 2005 en un parador de Camuy, donde se estaba hospedando con su esposa. La mujer fue procesada por ofrecer declaraciones falsas a agentes federales, pero el caso también terminó archivado.
Aunque algunas versiones apuntan a que el sujeto se fugó después del arresto de su entonces esposa en el 2005, otras informaciones señalan que éste se movía en el Caribe de manera impune. Estimados conservadores de una unidad antidrogas de la Policía Nacional, agencia que intenta reinventarse ante notorios casos de corrupción, señalan que éste pudo haber enviado a Puerto Rico unos 2,500 kilos de cocaína. Pero el narco, nacido en Nueva York y criado entre residenciales y comunidades humildes de Ponce y Guaynabo, rompió esquemas tradicionales del narcotráfico.
Una versión que está cobrando fuerza es que Bolo era el líder de una banda de sicarios, un grupo mercenario que se especializaba en cometer asesinatos de blancos importantes.
"Se decía que era el brazo ejecutor del narcotráfico y que se encargaba del trabajo sucio. Era lo que conocemos aquí en la República Dominicana como un limpiador, que se encargaba de los asesinatos. Dirigía una banda de sicarios", afirmó una fuente consultada por Primera Hora.
Otras informaciones, aún sin confirmar y que trascendieron de la misma unidad antinarcóticos, revelaron que él salió de su guarida en la República Dominicana para quemar vivos a dos rivales y protagonizar un atentado en una discoteca que dejó a dos mujeres heridas de bala.
Estos viajes fueron atribuidos a la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), la agencia líder contra el narcotráfico en Quisqueya y la que menos casos de corrupción ha tenido dentro de sus filas, pero la dependencia aseguró en una entrevista con Primera Hora que se ha mantenido al margen de la investigación de Bolo por el papel que jugó la Policía Nacional en su captura. "Tiene sentido que estableciera este tipo de organización en la República Dominicana. Recuerda, él comenzó su carrera como gatillero. Ése era su fuerte", indicó otra fuente consultada.
Otro incidente que aparentemente refuerza la teoría de que Bolo pudo haber cometido asesinatos en ambas islas es otra versión que implica que éste sí visitó una funeraria cuando se velaba el cuerpo de su hermano, Ángel Díaz Rivera, mejor conocido como "Angelito", en julio de este año.
Angelito, quien personificó un narcotraficante en una película, figuró entre tres personas ejecutadas durante una masacre que ocurrió el pasado 25 de julio en el barrio Santa Rosa, de Guaynabo. Se reportó, citando fuentes policiacas, que Angelito controlaba puntos de drogas de Guaynabo.
Bolo, quien ayer cumplió 34 años de edad, mantenía un control férreo sobre sus puntos de drogas hasta su arresto. Pero, quizás lo más irónico de su caso es su doble vida en Quisqueya. Llevaba viviendo durante los pasados tres meses en su última residencia. Había procreado tres niñas con una dominicana. Viajaba con una motorita pequeña, o en una camioneta que transportaba cilindros de gas.
Pero todo, aparentemente, formaba parte de una tapadera que escondía vehículos, armas y mucho dinero. "Sabes, con estos personajes hay mucho folclor, pero Bolo no era cualquier narco", dijo otra fuente consultada.
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