Steve Jobs es insustituible, todos los sabemos, y nadie creo que se atreva a cuestionar su obra. Es incontestable. Ahora bien, su personalidad, podemos decir especial, provoca que los medios de comunicación estén ahora poco a poco destapando esa parte menos amable del genio.
Se veía venir y como era de esperar la leyenda de Steve Jobs sufre ahora, meses después de su muerte, el azote de las críticas. Si eres un seguidor de Apple no caigas en el error cabrearte. Son cosas que les suelen ocurrir a los genios, a los que por causas justificadas o por envidia, muchos critican o sacan a relucir sus trapos sucios cuando ya no están con nosotros. Además, y es un dato tangible, este contrapunto informativo no hace sino darnos más información y por lo tanto, ayudarnos a comprender mejor a un genio.
Desde medios del prestigio de The New York Times o de Fortune se han dicho recientemente lindezas tales como que “Disfrutaba humillando en público a los empleados” o que sencillamente que “era un tirano”. Tranquilo de nuevo si eres un seguidor de Apple, si conoces los Ferrari, del creador de la firma, Enzo Ferrari, eso es lo mínimo que se decía cuando falleció en 1990. Sigamos.
Presión
Desde el sitio web Gawker se han despachado a gusto con Steve. Este medio asegura que presionaba a sus empleados de tal manera que les quebraba emocionalmente. Además se da a entender que en algún que otro momento Jobs podía soltar incluso algún insulto contra ellos. Volviendo a Fortune, la prestigiosa revista de negocios americana, publicó en su día un artículo donde se aludía a una “jornada de humillación” refiriéndose a un grupo de trabajadores de la firma que habrían sido reprendidos por Jobs por no haber hecho bien las cosas y haber manchado el honor de la firma. La considerada mejor revista de tecnología del mundo, Wired, recoge en un artículo también su especial manera de tratar a los empleados.
Labor humanitaria
Otro de los detalles del genio que han sido cuestionados en estos días es su labor humanitaria. Se calcula que Jobs ha dejado una fortuna personal de más de 8.000 millones de dólares, hecho que contrasta con que no haya hecho ninguna donación importante o que se hubiera involucrado en alguna labor filantrópica como hace Bill Gates. Si llegamos al iPhone 4 y el siempre complejo tema de la fabricación, poca marcas del mundo habrían permanecido impasibles a los diez suicidios que ha habido en Foxconn. Esta empresa encargada de fabricar el iPhone 4 no se distingue por ofrecer unas condiciones de trabajo ejemplares a sus trabajadores. Pues bien, Steve Jobs, jamás dijo nada ni emitió comunicado alguno pidiendo a su fabricante que hiciera algo para remediar el problema.
Como adelantábamos, detalles menos brillantes o atractivos de un genio del que hasta ahora solo habíamos escuchado cosas maravillosas. Son rasgos que por otra parte muchos seres especiales siempre destilan. Su inteligencia superior, su visión y su manera de comprender el compromiso con el trabajo, les lleva a veces a sacar esa vena incluso dictatorial, totalmente criticable, pero sin la que sin duda sus empresas nunca hubieran sido lo que son hoy en día.
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