En 1988, barcos de guerra de Estados Unidos se enfrentaron con fuerzas iraníes en el Golfo. En las últimas semanas, mientras escala una guerra dialéctica entre ambas naciones surge la pregunta de si hay riesgo de que la historia se repita.
La agencia semiestatal iraní Fars informó que este miércoles una explosión mató a Mostafa Ahmadi Roshan, un profesor de la universidad técnica de Teherán quien también trabajaba en las instalaciones de enriquecimiento de uranio de Natanz. La bomba fue colocada en el auto del científico por un motorista.
Éste es el cuarto ataque contra científicos nucleares iraníes en los últimos dos años."La bomba era magnética e igual que otras usadas previamente para el asesinato de científicos, y es obra de sionistas (israelíes)", indicó el vicegobernador de Teherán, Safarali Baratloo, citado por Fars.
"Dos de los atentados previos también fueron llevados a cabo por motoristas que colocaron bombas en autos", señala J.Reynolds, corresponsal de la BBC para Irán.
En ocasiones anteriores, Irán también señaló a los servicios de inteligencia israelíes, británicos y estadounidenses, que, según dijo, pretendían asesinar a personas clave que trabajaban en su programa nuclear, sin que se haya confirmado nunca esa implicación.
Por el momento, oficialmente, la tensión entre Irán y Estados Unidos se ha manifestado en una serie de amenazas por ambas partes y diversas sanciones por parte de Estados Unidos y sus aliados occidentales contra lo que ellos consideran el proyecto iraní para desarrollar armas nucleares.
Teherán siempre negó esas acusaciones e insiste en que su programa nuclear únicamente tiene fines civiles. Pero la tensión va en aumento. Y no es nueva.
En 1988 tuvo lugar la operación Praying Mantis, clave en ese conflicto. Hoy es apenas un pie de foto en la historia naval de Estados Unidos.
Pero ese enfrentamiento entre barcos de guerra de Estados Unidos y aviones y fuerzas iraníes en el Golfo, en abril de 1988, podría ser una muestra de hasta dónde podría llegar un eventual choque naval entre ambas naciones ahora que las tensiones están en alza en esa región.
En los años 80, Irán e Irak estaban en guerra. El conflicto se esparció al Golfo y los iraníes atacaron barcos de países que ellos creían que podían estar apoyando a Irak.
En marzo de 1987, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, estuvo de acuerdo con que se cambiaran las banderas de varios buques de Kuwait. Al operar bajo los colores de Estados Unidos podrían ser protegidos por los barcos de guerra de ese país.
Semanas después, uno de los barcos con nueva bandera chocó contra una mina iraní.
Entonces, se generaron una serie de choques esporádicos que culminaron en abril de 1988 cuando un barco de guerra estadounidense -el USS Samuel B Roberts- quedó con daños severos tras golpear contra otra mina iraní.
Ese fue el incidente que desató la operación Praying Mantis. Involucró a fuerzas especiales de Estados Unidos, aviones y barcos. El objetivo era darles una lección a los iraníes.
Dos plataformas petrolíferas submarinas usadas para coordinar las operaciones iraníes fueron destruidas mientras dos de sus barcos de guerra fueron hundidos y otro terminó con daños sustanciales.
La conclusión fue clara: las fuerzas navales convencionales de Irán no estaban a la altura del poder marítimo de EE.UU. en un combate directo.
Guerras "asimétricas"
Simon Henderson, un experto del Golfo con base en el Instituto Washington para las Políticas del Cercano Oriente, sopecha que si hay otro combate naval, "Irán se asegurará de que sus barcos más grandes estén sanos y salvos en los puertos".
"Por supuesto", añadió, "la pregunta que surge entonces es si los barcos podrían realmente estar seguros allá".
Desde los años 80, ese país ha cambiado mucho en términos navales. Michael Connell, un analista de Irán en el Centro para Análisis Navales, no cree que las disputas de los años 80 necesariamente indiquen cómo podría desenvolverse en cualquier conflicto actual.
"No creo que sean un vaticinador preciso por dos razones", dice.
"Primero, las capacidades iraníes, especialmente las capacidades asimétricas, han mejorado considerablemente desde los años 80. Segundo, el conflicto durante las guerras con los barcos era limitado en su alcance. Es poco probable que un conflicto naval hoy en día entre Irán y Estados Unidos (o una coalición) permanezca limitado".
Guerras "asimétricas" es un término que se utiliza bastante en la actualidad. Esencialmente se refiere a la forma como un adversario más débil puede intentar contrarrestar a un actor militar mucho más fuerte al adoptar una variedad de tácticas y sistemas de armas para crear una alternativa al simple enfrentamiento barco-contra-barco o avión-contra-avión.
Irán -y especialmente los elementos navales de su Guardia Revolucionaria- han buscado construir un nuevo estilo de fuerza naval que está basado principalmente en un grupo de lanchas y barcos de patrulla rápidos y pequeños, apoyado por una variedad de embarcaciones capaces de instalar minas. Estas, a su vez, están apoyadas por misiles antibuques y artillería en tierra.
Entonces, ¿qué tan amenazante es este nuevo tipo de fuerza asimétrica iraní?
Capacidades militares
Connell responde: "Es difícil decirlo porque sus capacidades nunca han sido probadas. Pero una vez dicho esto, han adquirido todos los "ingredientes" correctos para una fuerza asimétrica y ellos practican y hacen simulacros con regularidad".
"En pocas palabras, no creo que podamos descartar totalmente sus capacidades".
"La marina de Estados Unidos debería estar preocupada. Usadas individualmente, cualquiera de estas tácticas iraníes (ataques en grupo, minas, etcétera) no parece que podrían ser muy efectivas".
Sin embargo, agrega Connell, es importante tener en cuenta que los iraníes probablemente utilizarían todas estas tácticas simultáneamente en una defensa escalonada.
"Barcos de Estados Unidos o de una coalición se enfrentarán a grupos de pequeños barcos, minas y minisubmarinos, todo a la vez en un espacio de operaciones limitado".
"Para remover las minas, Estados Unidos tendría que acabar primero con las otras amenazas en un proceso laborioso de desgaste que podría resultar en muertes del lado estadounidense".
"En un conflicto directo, la Marina de Estados Unidos y sus aliados en la coalición finalmente se impondrán. Pero tomará su tiempo. El precio del petróleo llegará a los cielos y los iraníes podrían tener uno o dos ataques efectivos de suerte".
Pero Simon Henderson tiene más dudas sobre las capacidades navales de Irán.
"Suicidio económico"
"Estas tácticas están probablemente sobravaloradas", dice. "La Marina de Estados Unidos se ha estado preparando por años para el próximo enfrentamiento con Irán y no tiene intenciones de perderlo".
También duda que esto sea un largo conflicto.
"Si hay un choque, Estados Unidos probablemente recurrirá al uso de fuerza excesiva para que las oportunidades de más choques esporádicos sean muy pequeñas".
En general, sin embargo, la mayoría de expertos con los que hablé no estaban seguros de que Irán, a pesar de toda la retórica, trataría de cerrar el Estrecho de Ormuz en las circunstancias actuales.
Eso, según Michael Connell, "sería cometer un suicidio económico". El resultado más probable, dice, son "más bravuconadas".
Sin embargo, a medida que la guerra de palabras aumenta, el peligro de un conflicto marítimo continúa siendo una realidad.
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