Lina Ospina fue asesinada por un estadounidense que conoció en la web en el 2010.
"Mami. Mami, si la llaman a ese teléfono diga que no me conoce, porque yo no quiero que me la maten", esas fueron las últimas palabras que María Berenice Méndez escuchó de su hija Lina María Ospina, asesinada en Florida (Estados Unidos) por su esposo, Erick Tiler, quien después se suicidó.
Ese lunes 2 de enero, María recibió esa extraña llamada. Iban a ser las 5 p.m. y la conversación no duró más de 20 segundos. "Le pregunté por qué me decía eso e inmediatamente escuché un ruido raro, como un disparo y ella no me volvió a hablar", recuerda entre lágrimas la mujer.
Lina conoció a quien sería su asesino por Internet. Desde el 2010 iniciaron una íntima amistad hasta mediados del 2011, cuando el hombre, de 49 años, también por la web, le propuso matrimonio.
María recuerda que su hija, de 29 años, estaba muy feliz, pues vio la oportunidad de resolver la difícil situación económica de la familia. "Me dijo que se iba a trabajar para comprarme una casa, aparte de que estaba muy enamorada", narra.
En junio del año pasado, Lina abrazó a su madre, de 55 años, y a su hermana, de 15, y se despidió sonriente. Pero los problemas empezaron semanas después."Mi muchacha se quejaba de que ese hombre (Tiler) era muy celoso. Hasta le prohibió que me llamara", recuerda la madre.
En junio del año pasado, Lina abrazó a su madre, de 55 años, y a su hermana, de 15, y se despidió sonriente. Pero los problemas empezaron semanas después."Mi muchacha se quejaba de que ese hombre (Tiler) era muy celoso. Hasta le prohibió que me llamara", recuerda la madre.
Las charlas de madre e hija, aunque eran diarias, tomaron un toque de clandestinidad. Según la madre, Tiler se mostraba cada día más agresivo. "Le pegaba mucho. Parece increíble, pero ese tipo era tan desconfiado que la llegó a celar con un perro que tenían en su casa", asegura.
Pero los verdaderos problemas, según María, comenzaron después de que su hija consiguió un empleo en un restaurante -el 17 de diciembre del 2011- tras lograr la ciudadanía estadounidense.
"Le ordenó que no nos mandara plata, pues como esposa, ella tenía la obligación de darle todo el dinero a él", agrega doña María Berenice, desde su casa en Sopetrán, un pueblo del occidente antioqueño, a una hora de Medellín. Lina hizo caso omiso y antes del 24 de diciembre le mandó 70 dólares.
La madre recuerda que días después su "niña" cambió de actitud y se le escuchaba triste. El día en que fue asesinada Lina había llamado a María en la mañana, prometiéndole que el martes le mandaría otros 70 dólares y le recordó que le había prometido una casa. "En tres años te la doy", le dijo a su mamá. "Me pareció muy raro que me llamara en la tarde, pues ya habíamos hablado", agrega.
A pesar de que a la mujer le extrañó la actitud de su hija y el ruido que escuchó por el teléfono celular, nunca pensó que estuviera muerta.
Solo el jueves se enteró de la terrible noticia. Le avisó una vecina suya, quien escuchó en la radio que alguien buscaba a la familia de Lina, pues la habían asesinado.
"Cuando un gallo canta en el día es porque va a haber un muerto en la familia, y ese lunes un gallo cantó", se lamentó la madre, en su rancho de bahareque, con una foto en la mano de su hija.
Pero los verdaderos problemas, según María, comenzaron después de que su hija consiguió un empleo en un restaurante -el 17 de diciembre del 2011- tras lograr la ciudadanía estadounidense.
"Le ordenó que no nos mandara plata, pues como esposa, ella tenía la obligación de darle todo el dinero a él", agrega doña María Berenice, desde su casa en Sopetrán, un pueblo del occidente antioqueño, a una hora de Medellín. Lina hizo caso omiso y antes del 24 de diciembre le mandó 70 dólares.
La madre recuerda que días después su "niña" cambió de actitud y se le escuchaba triste. El día en que fue asesinada Lina había llamado a María en la mañana, prometiéndole que el martes le mandaría otros 70 dólares y le recordó que le había prometido una casa. "En tres años te la doy", le dijo a su mamá. "Me pareció muy raro que me llamara en la tarde, pues ya habíamos hablado", agrega.
A pesar de que a la mujer le extrañó la actitud de su hija y el ruido que escuchó por el teléfono celular, nunca pensó que estuviera muerta.
Solo el jueves se enteró de la terrible noticia. Le avisó una vecina suya, quien escuchó en la radio que alguien buscaba a la familia de Lina, pues la habían asesinado.
"Cuando un gallo canta en el día es porque va a haber un muerto en la familia, y ese lunes un gallo cantó", se lamentó la madre, en su rancho de bahareque, con una foto en la mano de su hija.
Drama de una repatriación
Se comprometieron a traer el cuerpo de colombiana
Se comprometieron a traer el cuerpo de colombiana
Tras conocer lo que había pasado, María emprendió una incansable campaña para traer de regreso el cuerpo o las cenizas de Lina. Entrevistas en medios de comunicación, mensajes en Internet y una que otra llamada hicieron parte de sus estrategias.
Ese mensaje llegó a los oídos de altos funcionarios de la Cancillería y del Consulado de Colombia en Estados Unidos y en la tarde de ayer le confirmaron que en menos de 72 horas traerán el cuerpo de su hija.
Ese mensaje llegó a los oídos de altos funcionarios de la Cancillería y del Consulado de Colombia en Estados Unidos y en la tarde de ayer le confirmaron que en menos de 72 horas traerán el cuerpo de su hija.
Yeison Gualdrón
Corresponsal de EL TIEMPO
Medellín
Corresponsal de EL TIEMPO
Medellín
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