Mediado el segundo cuarto, Kobe se emparejó con LeBron. El marcador por entonces ya era favorable a los Heat y Bryant había entrado en estado de convulsión. Apenas una canasta en juego hasta ese momento y un estado de nervios evidente. LeBron, ávido de gloria, sabía que era su momento. Las dos figuras frente a frente. El gran triunfador de la última década contra el llamado «Rey sin trono». LeBron fintó. Amagó a un lado. Al otro y aguantó un par de tarascadas de Bryant, que golpeaba el brazo de James como un niño aporrea el de su padre. Seguro de su victoria, James lanzó el balón de espaldas hacia una esquina y se quedó esperando el estruendo. Se olvidó de la jugada a la espera de oír el suave sonido de la bola acariciando la red. Estalló el American Airlines y con él saltaron por pedazos los Lakers. Una jugada reflejo del partido. ¿Una jugada reflejo de un cambio de ciclo?
A pesar de la baja de Wade, el choque se decantó pronto del lado de Miami (52-37, min. 24). El acierto exterior (8 de 13 al descanso) contrastaba con la desangelada noche de los Lakers, donde Pau Gasol (13 puntos en el intermedio) era el único que sostenía es nave amarilla abocada al desastre esta temporada.
Sin Kobe, este equipo se convierte en vulgar. Pau y Bynum pueden ayudar, pero la baja de Odom se nota cada vez que Brown mueve el banquillo y la faceta ofensiva del equipo se hace más previsible. Ayer, además, se añadió un extraño bajo porcentaje en el lanzamiento, cercano al 30 por ciento durante gran parte del partido, lo que unido a una defensa casi inexistente llevó a los Lakers a rozar el ridículo. El único que no lo hizo fue Pau Gasol (26 puntos y 8 rebotes), notable en ataque –logró su anotación más alta de la temporada- y discreto en su defensa a Chris Bosh (15 puntos).
La diferencia llegó a ser de 23 puntos (79-56) nada más comenzar el último período. Una sangría dolorosa, pero que evidencia la distancia que hay a día de hoy entre los dos equipos. El naufragio angelino contrastó con el festival de LeBron, auténtica figura en ausencia de Wade, que terminó con 31 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias, cerquita del triple doble.
Funcionó el intento de maquillaje de los Lakers, en el que Bryant aprovechó para ocultar su mal partido, para terminar con 24 punt0s (8 de 21 en tiros de campo) y 7 asistencias. Hubo risas en la grada porque el otrora ogro ya no se ve como rival para el anillo. Un título que esta temporada solo tiene un rival para Miami, que son ellos mismos.
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