21 enero 2012

Jennifer López y Marc Anthony, juntos para las cámaras

Marc Anthony y Jennifer LópezSon "los elegidos" por su arte, por las bondades del negocio del espectáculo internacionalizado y, también, por una dosis de suerte: unos cincuenta grupos de cantantes, músicos y bailarines seleccionados por Jennifer López y Marc Anthony se preparan para protagonizar el reality latino "¡Q’ Viva! The Chosen".
El proyecto llevó a las dos figuras de viaje por América Latina durante la segunda mitad de 2011, para descubrir talentos ocultos y traerlos a competir a Los Ángeles. ¿El objetivo final? Montar un show a todas luces en los escenarios de Las Vegas.


Al momento de iniciar la travesía latinoamericana, la pareja poderosa de la música hispana ya estaba separada, pero eso no les impidió llevar adelante la búsqueda: lo que estaba por delante era la puesta a punto de uno de los programas estelares de la temporada de Univisión, la principal cadena hispana en Estados Unidos y la quinta del país.Además, "¡Q’ Viva!..." concentrará las miradas porque marca el rencuentro de J-Lo y Anthony en un proyecto laboral, tras siete años de matrimonio que acabaron en sonado divorcio, en julio pasado.
Un emprendimiento que asegura buenos dividendos, si se atiende a que además será transmitido en 21 países del continente y, más adelante, por la señal angloparlante Fox.
"Lo único que podía juntarnos: el talento, la búsqueda del talento", declara a cámara Marc Anthony durante el primer episodio, que BBC Mundo pudo ver por anticipado.

Travesía documentada


Los productores definieron "¡Q’ Viva!..." como un "docu-viaje transcontinental", que funcionará como una vidriera de talentos que pocas veces tienen acceso al circuito estadounidense.
"Dejamos que las cámaras rodaran, nos fuimos a viajar con espíritu de búsqueda e hicimos un viaje documental que simplemente dejamos a la vista. El programa es eso, el proceso de búsqueda puesto delante de cámara", dijo Anthony a BBC Mundo.
El programa tuvo el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que facilitó sus redes de instituciones para contactar artistas y, de algún modo, colaborar en paliar "el déficit que existe en términos de reconocimiento de la riqueza cultural" regional, según expresó el presidente del organismo, Luis Alberto Moreno.
Miles de postulaciones después –recibidas por Internet, sugeridas por los habitantes de cada país o halladas al paso en las calles de las distintas ciudades-, J-Lo y Anthony se convertirán en mentores artísticos de los elegidos, junto al director y coreógrafo Jamie King, reconocido por sus diseños de show para Madonna, Prince, Shakira o la misma Jennifer.
Así, los favoritos deberán ahora probar que están a la altura de las circunstancias. Y lo harán, claro, ante una cámara omnipresente.

Juntos, pero separados


La promoción del programa hizo que Anthony y López se mostraran en tándem ante los medios periodísticos, ávidos de saber cómo fue trabajar juntos tras la separación.
Y la estrategia adoptada fue simple: "si no puedes evitar el tema, abórdalo antes que el resto", podría ser la máxima tácita que los guió en estos días de ajetreo mediático.
Para empezar, la serie misma aborda el tema en su primera emisión, en la que las referencias a las vidas separadas ocupan los momentos de road trip que J-Lo y su ex protagonizan en solitario.
"Somos como Sonny y Cher después del divorcio", compara López.
"Estamos destinados a estar el uno en la vida del otro. El matrimonio sólo fue un capítulo de esta historia, los niños son otro", señala Anthony, en referencia a los gemelos de los que fueron padres hace 3 años.
Bajo la lógica del reality televisado, no se ahorran la puesta en escena de sus vulnerabilidades. Como cuando la cámara los muestra arribando a un hotel en Puerto Rico, donde filmaron la cinta "El cantante", en 2006, en la que compartieron cartel.


"Malos recuerdos", dice Jennifer, para quien "¡Q’ Viva!..." resultó un viaje "para encontrarme a mí misma, no sólo para buscar talento".
En vivo, los artistas se mostraron igual de relajados: durante la presentación a la prensa, Anthony caballerosamente ofreció la mano para que su ex mujer subiera al escenario montada sobre tacones interminables y luego volvió a tomársela para mirar de cerca los cuatro anillos que llevaba, a lo que la cantante respondió con una sonrisa y una caricia sutil en el brazo de él.
"Trabajar juntos fue genial. Como todas las otras veces que trabajamos juntos", respondió ella ante la pregunta insistente.
El negocio sigue, como la vida misma: la de ella, en pareja con un bailarín 20 años menor; la de él, junto a una también más joven modelo venezolana.

Oportunidad de oro

La vida de "los elegidos", en cambio, está a punto de cambiar radicalmente.

Del medio centenar que ha sido convocado para el programa, quedará una docena para el show en vivo tras las eliminaciones sucesivas que se verán en los 12 capítulos.
Los artistas que cautivaron a los productores para lograr su pasaje a Hollywood recorren todos los géneros, desde la capoeira de los brasileños Topacio al masculino malambo del sexteto argentino Remolino. También hay salsa caleña, un guitarrista chileno, tangueros rioplatenses y bailarinas puertorriqueñas.
Y más: tiradores de fuego, acróbatas mexicanos que combinan piruetas con rancheras, ritmos ancestrales aztecas con músicos en atuendos tradicionales.
Los estereotipos y la selección de estilos aptos para una audiencia extranjera están a la orden del día en este "docu-viaje" por la cultura latinoamericana vista con ojos de productores globales. Tal vez el mayor acierto en este sentido haya sido el de dejar en claro la intención: se trata, después de todo, de convocar números que atraigan luego al público de Las Vegas, con quienes montar una "extravaganza latina" como nunca antes.
En tal sentido, "¡Q’ Viva!..." no es un reality en el sentido convencional, destacan los responsables.

"Hay un malentendido sobre lo que es esta serie: nosotros no somos jueces, somos productores. Buscamos armar un show espectacular en vivo y estamos documentando ese proceso, de eso se trata", indicó Anthony ante los periodistas.
Será un proyecto multilingüe por naturaleza: grabado en español, inglés y portugués, con cuatro ediciones distintas según la audiencia y subtítulos para cada región.
"(La variedad) ha dado lugar a cruces interesantes. El programa simplemente se traduce solo, creo yo, y además la música y el baile son sus verdaderas estrellas", señaló López.
Y anticipó, sin esperar el estreno: "Si es exitoso, sin duda tendremos una segunda temporada".

No hay comentarios:

Publicar un comentario