Este chaval de 23 años ha irrumpido en la liga como la verdadera revolución de la temporada, una popularidad que se ha propagado como la pólvora, especialmente después de que haya encestado una media de 20 puntos en cada partido jugado hasta ahora.
Sin embargo, dejando el baloncesto y la destreza de Lin a un lado, es cierto que su persona se ha convertido en todo un estímulo económico, no sólo para la NBA, sino también para cadenas de televisión, merchandising y demás productos o sectores de alguna forma relacionados con el jugador. De hecho, en eBay, alguien intenta vender una tarjeta autografiada por Lin a precio de oro: 68.800 dólares.
En la reventa, las entradas para ver a los Knicks se han disparado desde que Lin arrancase la temporada captando la atención de propios y extraños. A estas alturas, se ha pasado a pagar hasta 317 dólares de media, desde los 92 dólares anteriores, por conseguir un ticket para ver un partido del conocido equipo neoyorquino. La locura alcanza tal punto que desde Forbes.com se cifra ya la marca Jeremy Lin en los 14 millones de dólares. El portal va más allá e indica que esta cifra podría superar los 150 millones de dólares entre esta temporada y la que viene.
Si echamos un vistazo en sólo una semana, sus seguidores en Twitter han pasado de 82.000 a 210.000 mientras las cadenas deportivas asiáticas como Sina, en China, o ESPN en Taiwan o Filipinas siguen añadiendo partidos a su escaleta. No hay que olvidar que aunque Lin es estadounidense, su origen asiático despierta también furor al otro lado del mundo. Los primeros cálculos estiman que este jugador podría haber incrementado los ingresos de su equipo entre aproximadamente 10 y 20 millones de dólares en las últimas semanas.
Su camiseta, la más vendida
Al fin y al cabo, la camiseta de Lin es la más vendida en estos momentos en la tienda online de la NBA. Además, los ratings de la cadena MSG Network (cabe recordar que el Madison Square Garden es el centro de operaciones de los Knicks) han subido como la espuma, alrededor de un 70% en las últimas semanas. Más allá del valor tangible a los Knicks, los fabricantes de prendas de vestir de la NBA, como Nike y otros patrocinadores, también se frotan las manos con el fenómeno Linsanity.
Pero no sólo los grande fabricantes esperan pasar por caja con este fenómeno y que también un gran número de pequeñas empresas, desde tiendas de artículos deportivos a restaurantes chinos que celebran fiestas y encuentros para ver los partidos, han conseguido subirse al carro de Lin. De hecho, según informa la cadena de televisión ABC, las empresas que hacen ropa de imitación es probable también incrementen sus ventas.
Para Marc Ganis, presidente y fundador de la consultora deportiva SportsCorp, la singularidad de Lin es la clave de su éxito. "Estamos viendo a un jugador que sale de la nada, jugando a un nivel extraordinario para el equipo de baloncesto más importante del mercado con un acceso descomunal a los medios de comunicación de todo el mundomientras su origen asiático también ha capturado el interés potencial de millones de personas en todo el mundo", explicó a la cadena ABC.
Desde Forbes.com apuntan que no sería extraño ver como los ingresos netos de los Knicks alcanzan entre los 275 y 300 millones de dólares durante la presente temporada mientras las acciones de Madison Square Garden se disparaban un 3,8% el pasado lunes tras un magnífico partido de Lin. Ahora muchos se preguntan si este joven conseguirá mantener la racha o simplemente estamos acudiendo a una burbuja económica dentro del mundo del baloncesto estadounidense.
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