La NBA sabe lo que se lleva entre manos y, en este momento, la joya de la corona tiene nombre y apellido: Jeremy Lin. En la lista de jugadores convocados para el All Star de las promesas, el que se jugará el 24 de febrero en Orlando, dos días antes del auténtico partido entre las figuras de la mejor liga de baloncesto del mundo, no figuraba Lin. Y era lógico porque pocas noticias había sobre el base de los Knicks, que apenas disponía de minutos de juego. Pero esta madrugada, poco antes de que dos jugadores legendarios, Shaquille O’Neal y Charles Barkley, procediesen a elegir los jugadores de primer y segundo año que formaran sendos equipos para enfrentarse ese día, la NBA no hizo caso omiso de la erupción del jugador de origen taiwanés y deslizó que había añadido dos jugadores a la lista: Norris Cole, base reserva de Miami, y, ¿cómo no?, Jeremy Lin.
No podía prescindir la NBA del jugador que ha protagonizado uno de los mayores fenómenos mediáticos no ya en el baloncesto sino en todos los ámbitos, sobre todo en Estados Unidos, pero también se puede hablar a escala mundial, portada en Time, con amplios espacios en prácticamente todas las cadenas de televisión y en todos los periódicos, desde Estados Unidos a China y Taiwán pasando por Europa, el jugador que pasó del anonimato a la gloria, que es todavía el que menos cobra en los Knickcs, el impulsor del enorme salto del equipo de Nueva York, un equipo deprimido y en el que se rumoreaba que su entrenador, Mike D’Antoni, tenía las horas contadas. Pero llegó Lin se puso a anotar y asistir como una máquina, suma una media de más de 25 puntos y 8 asistencias, y los Knicks se transformaron y llevan siete victorias seguidas, a pesar de la ausencia en la mayor parte de esos partidos de sus figuras, Carmelo Anthony y Amare Stoudemire. No importó. Lin estaba en vena de aciertos.
Por todo eso, la NBA no iba a dejar pasar la ocasión de exhibir en un escaparate como es el All Star que se disputa del 24 al 27 en Orlando, al jugador más de moda de los últimos años. En esta ocasión, la NBA ha pretendido reactivar el interés por el partido de los novatos y por eso ha introducido una nueva fórmula. Ya no jugarán los rookies contra los sophomores, o jugadores de segundo año, sino que han sido distribuidos, mezclados, en dos equipos. Tampoco se quedó atrás la NBA a la hora de publicitar la confección de esos dos equipos. Puso en manos de Shaquille O’Neal y Charles Barkley, dos exjugadores legendarios y ahora dos analistas de una cadena televisiva y también showman, o lo que viene a ser hombres espectáculo en toda la acepción de la palabra. Y ambos procedieron a la elección. Shaquille O’Neal se quedó con los tres más mediáticos: Lin (New York), Blake Griffin (Clippers) y Ricky Rubio (Minnesota).
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