KARAM BEIRUT, (AP).- Un atacante suicida detonó el jueves su coche cargado de explosivos en un suburbio de Damasco, hiriendo a diez personas y dañando uno de los templos más sagrados del chiísmo, dijeron la agencia noticiosa estatal de Siria y testigos en la escena. No se aclaró de inmediato cuál era el objetivo de la explosión.
El templo de Sayyida Zainab atrae a decenas de miles de peregrinos chiítas de todo el mundo cada año, para ver la tumba que se piensa tiene los restos de la nieta del profeta Mahoma. Testigos dijeron que el atacante hizo detonar su vagoneta en un estacionamiento a 50 metros del templo.
Guardias trataron de impedirle que ingresase en el área, pero el hombre entró al estacionamiento y detonó los explosivos, dijeron.
La explosión destrozó las ventanas del templo y derribó lámparas y ventiladores de techo, además de causar grietas en algunas paredes. Seis autobuses con turistas y más de 30 automóviles y una pequeña furgoneta policial fueron dañados también. No estaba claro de inmediato si el templo era el blanco planeado.
El lugar de la explosión está solamente a unos 15 metros de una estación de policía. Varios ataques simulares en los últimos meses han sido lanzados contra edificios de las fuerzas de seguridad y vehículos policiales.
Los coches bomba y ataques suicidas de han vuelto comunes en Siria, con la creciente militarización de la rebelión contra el régimen del presidente Bashar Assad.
El jueves, hubo reportes de choques entre rebeldes y tropas del gobierno en varias partes del país, al tiempo que el ejército seguía cañoneando áreas controladas por los rebeldes en la provincia central de Homs. El Observatorio Sirio de derechos Humanos, basado en Londres, dijo que tres civiles murieron en choques antes del amanecer en las entradas del barrio de Jouret el-Shayyah, en la ciudad de Homs.
Otro civil murió en el pueblo de Rastan, al norte de Homs y en poder rebelde, que ha estado bajo constante cañoneo del gobierno en días recientes. El conflicto comenzó en marzo de 2011 con manifestaciones mayormente pacíficas en contra del régimen, inspiradas por la ola de alzamientos populares del mundo árabe, pero se ha transformado en una insurgencia a medida que la oposición toma las armas contra la sanguinaria represión gubernamental.
Los activistas dicen que más de 13.000 personas han muerto a lo largo del conflicto.
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