Decenas de enardecidos haitianos, la mayoría
indocumentados, trataron de linchar a un conductor de un gredal y su
ayudante que accidentalmente mató a un compatriota suyo en el
residencial Paradise 3 cerca del sector Francisco del Rosario Sánchez,
donde se ejecuta una construcción.
Tras conocer la muerte de John Batiste los haitianos abandonaron la construcción y junto a otros compatriotas que viven en la zona, se abalanzaron sobre los dos dominicanos intentaron agredirlos, pero afortunadamente éstos escaparon ilesos.
El equipo fue abandonado por el conductor y su acompañante, pero los haitianos lo retuvieron e intentaron quemarlo.
Al lugar se presentaron varias unidades de la Policía Nacional quienes se pusieron en posición de alerta ante la ira y la violencia de los haitianos que viven y trabajan en la zona sin documentos.
Moradores del lugar dijeron que una de las unidades policiales fue apedreada por los extranjeros que se oponían que penetrara al lugar del accidente.
No obstante, el coronel Lorenzo Morillo, vocero de la Dirección Cibao Central de la Policía Nacional en Santiago, dijo que se comunicó con el operador de base de esa institución y que éste le confirmó el incidente, pero que no tenía reportes de agresiones a sus agentes ni a ninguna de su unidad.
Morillo manifestó que debido a la situación, agentes policiales fueron enviados al lugar quienes controlar la situación.
También a la zona en conflicto se presentó un equipo de funcionarios del consulado haitiano en Santiago, encabezado Por Laguerry Lisonciou, para enterarse personalmente de la situación.
Los haitianos impidieron que el médico legista levantara el cadáver, pero posteriormente fueron convencidos por las autoridades para que permitirán al facultativo hacer su trabajo y realizar las investigaciones del lugar.
Pobladores de ese y otros sectores se quejaron porque los haitianos que residen en esa zona los mantienen en zozobra y que por cualquier cosa amenazan y agreden a los criollos.
La situación que se vivió fue tensa, por qué de acuerdo a testigos, los haitianos eran muchos y querían emprenderla en contra de los dominicanos.
La reacción de los extranjeros indocumentados provocó momentáneamente caos vehicular, aunque la Policía logró restablecer el tránsito más tarde.
Tras conocer la muerte de John Batiste los haitianos abandonaron la construcción y junto a otros compatriotas que viven en la zona, se abalanzaron sobre los dos dominicanos intentaron agredirlos, pero afortunadamente éstos escaparon ilesos.
El equipo fue abandonado por el conductor y su acompañante, pero los haitianos lo retuvieron e intentaron quemarlo.
Al lugar se presentaron varias unidades de la Policía Nacional quienes se pusieron en posición de alerta ante la ira y la violencia de los haitianos que viven y trabajan en la zona sin documentos.
Moradores del lugar dijeron que una de las unidades policiales fue apedreada por los extranjeros que se oponían que penetrara al lugar del accidente.
No obstante, el coronel Lorenzo Morillo, vocero de la Dirección Cibao Central de la Policía Nacional en Santiago, dijo que se comunicó con el operador de base de esa institución y que éste le confirmó el incidente, pero que no tenía reportes de agresiones a sus agentes ni a ninguna de su unidad.
Morillo manifestó que debido a la situación, agentes policiales fueron enviados al lugar quienes controlar la situación.
También a la zona en conflicto se presentó un equipo de funcionarios del consulado haitiano en Santiago, encabezado Por Laguerry Lisonciou, para enterarse personalmente de la situación.
Los haitianos impidieron que el médico legista levantara el cadáver, pero posteriormente fueron convencidos por las autoridades para que permitirán al facultativo hacer su trabajo y realizar las investigaciones del lugar.
Pobladores de ese y otros sectores se quejaron porque los haitianos que residen en esa zona los mantienen en zozobra y que por cualquier cosa amenazan y agreden a los criollos.
La situación que se vivió fue tensa, por qué de acuerdo a testigos, los haitianos eran muchos y querían emprenderla en contra de los dominicanos.
La reacción de los extranjeros indocumentados provocó momentáneamente caos vehicular, aunque la Policía logró restablecer el tránsito más tarde.
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