(AFP) - El FBI investiga a un centenar de militantes islamistas
extremistas que pertenecerían al ejército de Estados Unidos, conmovido
en 2009 por el asesinato de 13 soldados en Fort Hood (Texas, sur) a
manos de un militar vinclulado a Al Qaida, reveló el lunes un medio
local.
Una decena
de estos casos, considerados "graves", conciernen a
personas sospechas de planificar atentados o permanecer en contacto con
extremistas calificados como peligrosos, señaló la radio pública NPR.
Estas "amenazas internas" provienen tanto de militares activos (1.4
millones) como de reservistas e incluso de civiles que tienen acceso a
las instalaciones castrenses.
Interrogado por la AFP, el Pentágono no manifestó reacción.
Según NPR, el FBI presentó estas informaciones durante una reunión a
puerta cerrada ante una comisión conjunta de las cámaras de diputados y
senadores.
"En relación a las millones de personas que revistan en el ejército o
que trabajan para empresas vinculadas al área de Defensa, las cifras en
cuestión representan un débil porcentaje del total, pero el hecho es
que no se necesitó de más de una persona, Nidal Hasan, para matar a
otras 13 y herir a muchas otras", dijo el senador independiente Joe
Liberman, que presidía la comisión.
En noviembre de 2009, el mayor Hasan baleó a camaradas en la base de
Fort Hood. La investigación demostró que el militar había mantenido
correspondencia con Anwar al Aulaqi, el imán radical
estadounidense-yemení ligado a Al Qaida muerto en un ataque con aviones
teledirigidos en Yemen, en septiembre de 2011.
El inicio del jucio a Hasan ante una corte marcial está previsto para el 20 de agosto.
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