PHOENIX - Una semana después de ser abucheado por los fans de los Cachorros en el Wrigley Field, Alfonso Soriano escuchó los boos
de parte de los espectadores en el Chase Field de Arizona que fueron
al estadio vestidos de azul para apoyar al equipo de Chicago.
Lamentablemente para el jardinero dominicano de los Cubs, es algo que lo
ha perseguido hasta jugando en la ruta.
Sin embargo, la semana
pasada Soriano recibió el apoyo de sus compañeros Jeff Samardzija y
Matt Garza a través de los medios. Su manager Dale Sveum también se ha
expresado en términos positivos en torno al toletero, algo que éste
agradece sobre manera.
"Me hizo sentir bastante bien, ya que sé
que el equipo y los compañeros me apoyan, ven el fuerte trabajo y
valorizan eso", le dijo Soriano a LasMayores.com aquí durante la serie
aquí de los Cachorros ante los Diamondbacks. "Eso es lo importante. El
trabajo que hago no es en balde, no sólo para mí sino para mis
compañeros. Me hizo sentir bien orgulloso contar con el apoyo de mis
compañeros."
El origen de los abucheos en Chicago este mes fue
una jugada en que Soriano dio un batazo al cuadro que pensó que se
había atrapado de aire, cuando en realidad había dado un rebote. Al no
correr fuerte hacia la primera base, el dominicano sintió la ira de los
fanáticos del Wrigley.
Sin embargo, la frustración de los tan
leales seguidores de los Cachorros va mucho más allá de una sola
jugada. Se trata de un equipo sotanero en plena reconstrucción y que no
gana una Serie Mundial desde 1908. Soriano se ha convertido en un
blanco fácil para los detractores de Chicago, debido a su contrato de
ocho años y US$136 millones que firmó antes de la temporada del 2007.
Los fans del norte de Chicago quieren ver al Soriano del 2001 al
2006-es decir, el Soriano desde sus 25 hasta sus 30 años. Pero lo que
han visto es un jugador que, entre lesiones en las piernas y una
evolución natural debido a la edad, se ha convertido en otra clase de
pelotero, sin velocidad y sin la producción completa de antes.
"Anteriormente, hace 10 años atrás, era un jugador de más velocidad y
un poco de poder", dijo Soriano. "Pero ahora, ya 10 años más tarde, soy
un pelotero de más fuerza, de empujar más carreras. Es un juego
diferente para mí ahora."
El problema es que antes había
velocidad pero incluso más poder que ahora. Si le echamos un vistazo a
la temporada del 2006 del quisqueyano, veremos el motivo del entonces
gerente general de los Cachorros, Jim Hendry, de tenerlo en sus filas.
Hace seis años con los Nacionales, Soriano no sólo integró el club
40-40 con 46 cuadrangulares y 41 bases robadas, sino que fue un
40-40-40, si se incluyen sus 41 dobles. Tuvo un impresionante OPS
(porcentaje de embasarse más slugging) de .911 y anotó 119 carreras. A
sus 30 años estaba en el apogeo de su carrera.
No obstante,
desde que llegó a Chicago no ha alcanzado siquiera las 20 bases robadas
en una campaña, y desde el 2009 no ha terminado con promedio por
encima de .258. Pero del lado positivo, nunca ha dado menos de 20
jonrones vistiendo el uniforme de los Cachorros.
Tomando en
cuenta lo que era el dominicano antes de llegar a la Ciudad de los
Vientos, el contrato de Soriano no luce nada bien desde el punto de
vista de los Cachorros. Pero hay que hacer la siguiente pregunta:
¿Quién merece la ira de los fanáticos, el mismo Soriano o Hendry, el
hombre que decidió invertir tanto dinero durante tantos años en un
pelotero que ya tenía 30 años?
"Cuando llegas a esa edad, no son
muchos que van a ser un 40-40 a sus 35 años", dijo el manager de los
Cachorros, Dale Sveum, quien está en su primera temporada con el equipo
junto al nuevo presidente del club, Theo Epstein. "No es realista
pensar que alguien vaya a ser lo que fue a sus 25 años y las cosas que
hacía."
Ahí está la clave. En realidad Soriano no tiene la culpa
de una decisión dudosa de Hendry, quien con un enorme presupuesto al
final de la década pasada hizo varios movimientos que rindieron pocos
dividendos (todos recordamos la firma de Milton Bradley, por
ejemplo...y la extensión de Carlos Zambrano tampoco resultó muy
positivo que digamos).
Ahora Alfonso Soriano, a sus 36 años, sí
está produciendo de manera aceptable como cuarto bate de los
Cachorros. Después de un lento comienzo, ya lleva 14 jonrones y 44
empujadas, con un respetable OPS de .810.
"Me siento bastante
bien ahora mismo", dijo Soriano. "Este es un juego de seis meses, no es
un juego de dos meses. Uno tiene buen comienzo, mal comienzo, pero lo
que importa es cómo uno termina el año, y ya yo soy un veterano que
sabe que un mal comienzo no significa una mala temporada.
"Son seis meses de pelota y uno puede agarrar los números día a día después de que se caliente."
De su parte, Sveum sigue poniendo el nombre de Soriano en el lineup de Chicago, mayormente como cuarto bate.
"No está haciendo nada que no esperáramos", dijo el capataz. "Ese tipo
de peloteros, si reciben suficientes turnos, terminan poniendo ese tipo
de números de jonrones y empujadas, al menos eso esperamos. Sabemos
que las bases robadas y todo eso ya no es parte del panorama."
Con un contrato tan pesado en un equipo que busca empezar de nuevo,
Soriano ha sido mencionado en rumores de cambio desde hace un tiempo.
Sin embargo, si fueran a canjear al dominicano, Epstein y los Cachorros
tendrían que asumir mucho del salario que se le debe al toletero hasta
el 2014. De su parte, Soriano-con pleno derecho de rechazar cualquier
traslado--luce bien tranquilo ante dicha posibilidad.
"Esos son
rumores, siempre son parte del negocio", dijo. "Yo estoy abierto para
cualquier situación, siempre y cuando sea cómodo para mí y para mi
familia.
"(Estoy) esperando lo que pueda pasar, y si no, me siento bastante cómodo aquí con mis compañeros."
Mientras tanto, todo luce indicar que Soriano seguirá poniendo sus
números y produciendo lo que se puede esperar de un pelotero de su edad.
"Pienso que ésas con cosas que uno tiene que ir entendiendo, que el
cuerpo con el pasar de los años va cambiando", dijo Soriano. "Pero
gracias a Dios me he podido mantener en este juego. Mi juego ha
cambiado."
Efectivamente, los años no pasan en vano. En el
invierno del 2006-07, Hendry y los Cachorros no entendieron eso y de
esa manera sembraron las raíces de los abucheos del 2012.
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