Todo empezó la madrugada del martes cuando el hombre, identificado como Uroko Onoja, regresó a su casa y se dirigió a la habitación de la más joven de sus seis ‘medias naranjas’. Minutos después las demás esposas interrumpieron en la habitación con cuchillos y palos en mano.
Querían sexo. Todas. A la vez. Ya sea por el cansancio (eran las tres de la madrugada) o por alguna otra razón, Uroko no se animó con la idea y fue atacado por las mujeres enfurecidas. Aunque opuso resistencia, ellas salieron ganadoras: las esposas obligaron a Uroko a emprender un verdadero maratón sexual empezando por la más joven de las mujeres. El hombre dejó de respirar cuando la quinta de las mujeres se dirigía a la cama para entregarse al amor carnal.
“De repente, mi marido dejó de respirar y todas ellas salieron corriendo, todavía riéndose, pero cuando vieron que yo no podía reanimarlo, huyeron todas al bosque”, contó la mujer.
El cuerpo del desafortunado (o afortunado, para aquellos hombres que sueñen con morir haciendo el amor) fue llevado a la morgue de la localidad. La Policía ha detenido a dos de las violadoras y sigue buscando a las demás.
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